Sabanés deja la portavocía de IU ovacionada por el pleno

Inés Sabanés, a partir de ahora diputada rasa del grupo de Izquierda Unida (IU), consiguió ayer en la Asamblea de Madrid lo que muy pocos políticos han logrado: que el hemiciclo, donde 64 de los 120 diputados pertenecen al PP y otros 42 al PSM, pero sólo 11 corresponden a su misma formación política, se pusiera de acuerdo para aplaudir fuertemente el trabajo de un parlamentario. Y eso que Sabanés había aprovechado su última pregunta de control a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, para despedirse pero, también para recalcar sus diferencias ideológicas.

"He de decirle que, en todo caso, desde la discrepancia más radical, debatir con usted ha sido una experiencia", le dijo a la presidenta la ya ex portavoz del grupo de IU en la Asamblea. "En lo personal, le deseo suerte; en lo político, de ninguna manera, porque pelearé aquí

[en el Parlamento regional] o donde esté, para que usted no presida el siguiente Gobierno de la Comunidad de Madrid".

Esperanza Aguirre, como también hizo con Rafael Simancas cuando abandonó en 2007 la portavocía de los socialistas madrileños, tiró de cortesía parlamentaria y reconoció el trabajo de su adversaria: "Desde la diferencia enorme de nuestras opciones políticas, quisiera expresarle públicamente mi convicción de que su señoría en todo momento ha defendido sus ideas, posiciones, puntos de vista y convicciones con lealtad y con el firme convencimiento de que en cada momento era la mejor opción de los madrileños".

Tras las palabras de Aguirre, el hemiciclo estalló en aplausos y Sabanés, "emocionada", según confesó luego, no pudo evitar las lágrimas.