El gran timo cumple un año

"Todo es una gran mentira". Esta confesión de Bernard Madoff a dos de sus hijos el 11 de diciembre de 2008 fue el principio del fin de la mayor estafa de tipo piramidal de la historia, valorada en 50.000 millones de dólares. Un año después de que estallase el escándalo llega el momento de reflexionar sobre lo ocurrido. ¿Hemos aprendido de los errores que permitieron la gestación de semejante agujero?

"Creo que sí hemos aprendido algunas lecciones como demuestran los cambios legislativos y de supervisión. Eso no quiere decir, sin embargo, que no pueda volver a darse otro caso de estas características en el futuro", reflexiona Lorenzo Dávila, jefe del departamento de investigaciones del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). "La estafa está sujeta a la lógica humana y, como los virus, tiene capacidad de adaptación a los entornos regulatorios. Lo que sí está en nuestra mano es poder minimizar el impacto con mejores leyes, una supervisión más atenta y más educación", añade Dávila.

La educación ética y financiera es clave para minimizar futuros daños

José Ignacio Rivero, presidente de Tatum Consulting, reivindica la figura de la "memoria histórica". En el corto plazo, según Rivero, los reguladores estarán más atentos y las entidades de crédito tendrán mucho cuidado en sus actuaciones, pero en cuanto haya un cambo de generación, se volverá a bajar la guardia y podemos volver a repetir los mismos errores. "En 15 años se cambia de generación, los que mandan estarán jubilados", insiste.

El fraude orquestado por Madoff tuvo un impacto importante en España. La entidad más afectada fue Optimal, gestora del Santander especializada en hedge funds. Su exposición a productos Madoff estaba valorada en 2.330 millones de euros. El banco ofreció a los particulares una compensación por el dinero invertido en forma de participaciones preferentes al 2% de interés a rescatar en 10 años, una oferta que aceptaron el 93% de los clientes. Por su parte, el BBVA actuaba como estructurador de productos referenciados a fondos de terceros que habían invertido en Madoff, y asumió una pérdida de 300 millones.

La exposición de las instituciones de inversión colectiva a productos fue de 106,9 millones. Hubo 39 fondos afectados y 185 sicav. Gestoras como Gestefin y Espirito Santo han compensado a los partícipes de dos fondos y una sicav, ya que invirtieron en carteras afectadas por Madoff, cuando sus folletos no contemplaban apuestas en este tipo de activos.