Vuelta a la normalidad en la votación

Las enmiendas de totalidad a los presupuestos fueron votadas ayer conjuntamente por primera vez desde 2001, cuando el presidente del Parlamento, Juan María Atutxa (PNV), estableció que se sancionaran por separado para evitar el rechazo a las cuentas de los gobiernos minoritarios de Juan José Ibarretxe. Ese uso histórico, practicado ininterrumpidamente desde 1980 hasta ese momento, se recupera ahora, aunque el Gobierno de Patxi López se encuentra igualmente en situación de minoría y podría ver derrotados sus presupuestos en el futuro si falla su acuerdo de bases para el cambio con el PP y el de estabilidad institucional y presupuestaria que firmó después el PSE con el PNV.

Se cierra así una cuestión que separó a los grupos políticos en los mandatos anteriores y terminó en los tribunales, como testimonio de una etapa convulsa, en la que los presupuestos se salvaron durante cuatro años seguidos de modo accidentado y conflictivo. Hubo desde plantes de la oposición hasta aprobación a medias de las cuentas, con la consiguiente anulación posterior por el Constitucional. Hubo también aprobación sin debate para adelantar la votación y beneficiar al Gobierno ante el retraso de algún parlamentario de la oposición, y otras donde se aprovecharon fallos en el sistema electrónico de voto. Ese comportamiento, y su posterior negativa a disolver el grupo de Batasuna, le costó a Atutxa el puesto en 2005, y más tarde la conocida condena por el Tribunal Supremo y la censura del Tribunal Constitucional por conculcación de derechos de los parlamentarios. Su sucesora, Izaskun Bilbao, mantuvo el mismo sistema de votación, siempre cuestionado por la oposición, aunque resultara ya irrelevante, debido al apoyo que dio el PSE a las cuentas desde 2005.