La crisis que no cesa
Dicen que la crisis se está acabando, pero el lunes 31 de noviembre despidieron a mi sobrina de 43 años a causa de un ERE empresarial. Cuarenta y cinco días por cada uno de los seis años trabajados y el negro horizonte del subsidio por desempleo. Y luego que encuentre, siendo mujer y con esa edad, un trabajo mínimamente estable.
El martes 1 de diciembre despidieron a mi hija de 30 años, licenciada en Historia del Arte y con idiomas, después de haber trabajado dos años en la misma empresa como directora de Compras de materiales importados, de jefa de Ventas en España y de relaciones públicas con los clientes españoles, además de facturación, presupuestos y confección de proyectos y planos. Todo a la vez. Su sueldo era de 956 euros mensuales y categoría de auxiliar administrativa de segunda. Se alega como motivo la falta de ventas y de interés por su trabajo. Le quedará un subsidio de ocho meses por 800 euros mensuales.
El jueves 3 le comunican a mi nuera, que tiene la carrera de documentalista -con doctorado posterior, además de una licenciatura en Marketing y el Proficiency en inglés-, que debido a que la empresa no gana lo suficiente necesitan despedirla de inmediato (después de un año y medio de estar en la empresa) para eliminar costes. Trabajos precarios, sueldos ofensivos y libertad de despido. ¡Bravo por los políticos y los empresarios! Creo que sobra cualquier comentario. Ustedes mismos...
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