Málaga adelanta su origen
Descubierto un yacimiento fenicio anterior al Cerro del Villar
Mirando a su futuro, Málaga ha visto adelantados sus orígenes. Las obras de ampliación del campo de vuelo del Aeropuerto de Málaga han descubierto vestigios de un yacimiento fenicio anterior a los niveles excavados en El Cerro del Villar, uno de los centros coloniales fenicios más importantes del arco mediterráneo y que, hasta el momento, situaba los orígenes de la ciudad a mediados del siglo VIII antes de Cristo.
Los arqueólogos de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena), que trabajan en la zona desde 2005, han constatado que en el yacimiento de La Rebanadilla, desenterrado en los terrenos para la ampliación del aeropuerto, pertenece a un asentamiento fenicio con cuatro fases de ocupación que van desde finales del siglo IX antes de Cristo hasta el siglo VII a. de C. Los arqueólogos han presentado los resultados de sus trabajos en el 7º Congreso de Estudios Fenicios y Púnicos que se celebró en Hammamet (Túnez) en noviembre.
Este yacimiento, que ocupa 3,4 hectáreas en las proximidades del río Guadalhorce, en su margen derecha, ha revelado nuevos datos sobre los fundadores de la Malaka fenicia. La fase más antigua corresponde con una serie de estructuras de grandes dimensiones relacionadas con la producción de metales, principalmente bronce. En ella se han encontrado elementos relacionados con este tipo de manufacturas, como las escorias y perlas de fundición, elementos residuales del tratamiento del mineral durante el proceso de transformación en metal, un molde para la fabricación de pequeños lingotes de bronce y objetos elaborados como puntas de flechas o anzuelos, así como las toberas de los hornos de fundición.
La segunda fase corresponde con un poblado fenicio caracterizado por la construcción de los diferentes edificios de planta rectangular mediante adobe secados al sol. Las habitaciones tienen las paredes y los suelos revestidos por un enlucido de color amarillo En algunos casos se han localizado contrafuertes y bancos corridos apoyados en los muros. "En esta fase se han documentado cerámicas provenientes de lugares diferentes del Mediterráneo, como Grecia o Cerdeña, que hablan de las abundantes relaciones comerciales que se tenían con el resto de los pueblos del Mediterráneo", señala el equipo de arqueólogos de Aena en su estudio. En un tercer momento se construye un nuevo asentamiento mediante habitaciones rectangulares, con muros con zócalos de piedra y suelos realizados mediante conchas de bivalvos. Por último, en una cuarta fase, aparecen cabañas dispersas, dependientes seguramente de otros centros urbanos.
El valor arqueológico de estos vestigios llevó a Aena a proteger la zona, desplazando en más de 700 metros una galería de servicio y parte del drenaje de la nueva pista de vuelo.
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