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Crónica:MALLORCA 4- ZARAGOZA 1 | 13ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Séptimo festín del Mallorca en Son Moix

Los de Manzano golean a un Zaragoza inmaduro y demasiado frágil

Ganar en casa se ha convertido en una dulce rutina para el Mallorca. Ante su público, el equipo de Manzano firma las victorias sin despeinarse. Ya lleva siete de siete: en 13 jornadas, de la isla todavía no se ha escapado ningún punto.

Ayer, el Mallorca endosó una goleada a un Zaragoza inmaduro y cándido, un equipo que nunca dio la sensación de poder llevar a la práctica alguna de sus buenas ideas. Juega el Mallorca fiel a un patrón en apariencia simple: orden en la defensa, criterio en la zona media y contundencia en la delantera; presión cuando juega el rival y ritmo en las posesiones propias. En la pretemporada se auguraban terribles desdichas para un club que, aún hoy, continúa sin resolver su crisis institucional. Pero los problemas económicos, que son muchos y muy graves, no se han trasladado al terreno de juego. Apelando a la calma primero y al orgullo después, Manzano ha sabido extraer lo mejor de su plantilla en una situación límite.

MALLORCA 4 - ZARAGOZA 1

Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis, Ayoze; Julio Álvarez (Mario Suárez, m. 63), Borja Valero; Martí, Castro, Víctor (Keita, m. 81); y Aduriz (Webó, m. 76). No utilizados: Lux; Corrales, Rubén y Tuni.

Zaragoza: López Vallejo; Laguardia, Goni, Ayala, Paredes (Babic, m. 71); Pennant (Songo'o, m. 76), Gabi (Álex Sánchez, m. 63); Abel Aguilar, Ander, Jorge López; y Lafita. No utilizados: Carrizo; Pavón, Pablo Amo y Ewerthon.

Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Martí, Ayoze, Aduriz, Ayala, Aguilar y Pennant.

Goles: 1-0. M. 34. Aduriz. 2-0. M. 67. Aduriz. 3-0. M. 74. Mario Suárez. 4-0. M. 82. Keita. 4-1. M. 86. Ander.

12.598 espectadores en el Ono Estadi.

La papeleta no fue excesivamente complicada. El Zaragoza aspira a trenzar un juego ofensivo y vistoso, pero es un equipo demasiado frágil en sus dos extremos. Los de Marcelino, que son capaces de elaborar combinaciones interesantes, se deshacen sin remedio en las dos áreas. Su flaqueza es especialmente grave en la retaguardia. Un escenario de lo más apetecible para un rival con la pillería y la pegada del Mallorca. Así, tres de sus cuatro goles nacieron de una mala gestión del balón por parte de los centrocampistas o los defensas rivales. Gonzalo Castro bailó como quiso por su banda y asistió a Aduriz una y otra vez. El donostiarra abrió el marcador en la primera mitad y repitió en la segunda. En 15 minutos, el Mallorca agujereó tres veces la red de López Vallejo para que Son Moix siga siendo una fiesta.

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