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Entrevista:JORGE GIMÉNEZ | Portavoz del gremio de editores en euskera | El futuro de la industria cultural vasca

"El 'e-book' ya forma parte de la agenda de los editores vascos"

Jorge Giménez (Irún, 1956) preside la Asociación de Editores en Lengua Vasca y es editor de Alberdania, firma que, junto a Elkar, presenta en Durango los primeros libros electrónicos en euskara.

Pregunta. ¿La crisis está afectando a la producción editorial en euskera?

Respuesta. Todavía no tenemos cifras definitivas, pero se habla de recortes en torno al 5 y el 10% de la facturación. No obstante, los datos de octubre y noviembre parecen indicar un repunte del consumo cultural, por lo que Durango y la Navidad nos podrían dar una pequeña alegría que nos permitiría no incrementar pero sí mantener las cifras de 2008.

P. ¿Y los contenidos, también se han visto afectados?

R. No. Se mantiene la apuesta por las novedades. La oferta en euskera ha encontrado su punto de equilibrio en las condiciones de mercado actuales con la edición de 1.300 y 1.500 títulos anuales. Y, haya crisis o no, es necesario mantener la potencia del catálogo.

"Este año las ventas se mantendrán o bajarán hasta un diez por ciento"
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P. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la producción editorial en lengua vasca?

R. Es un sector muy dinámico y con una gran capacidad de adaptación para hacer frente a los retos actuales. Las amenazas son prácticamente las mismas que la edición en otras lenguas, y tienen que ver con la pérdida de valor del fenómeno lector. En nuestro caso, la política de préstamo de libros de texto puesta en marcha el curso pasado por el Gobierno vasco también es un gran problema para el conjunto del sector, porque el grueso de la factura está en esa franja.

P. ¿La revolución tecnológica, con la aparición de productos como el e-book, es una amenaza?

R. Ya nadie lo vive como una amenaza sino como una oportunidad. En las editoriales vascas, hay diversos grados de desarrollo en función del tamaño, pero el e-book ya forma parte de nuestra agenda de trabajo. Estamos a la expectativa, porque no sabemos cómo serán los lectores dentro de tres o cuatro años ni cuál será finalmente el formato elegido para el libro digital.

P. ¿La literatura en euskara puede sobrevivir sin las ayudas públicas?

R. Ayudas a la edición existen en todas las lenguas, otra cosa es que no tengan la misma intensidad. No queremos seguir siendo un sector protegido por los siglos de los siglos. Ahora bien, el euskara es una lengua con unas características sociolingüísticas determinadas y con factores exógenos que han condicionado su desarrollo. Nosotros planteamos una colaboración para que se emancipe lo antes posible.

P. ¿Cuál es el peor error en el que puede incurrir el sector editorial en euskera?

R. Caer en el conformismo. Debemos explorar vías de ampliación de mercado y de lectores. Hoy el editor sabe que para fidelizar o ampliar la comunidad de lectores, que ronda los 15.000 para los grandes títulos, tiene que ofrecer una oferta lo más homologada posible con las lenguas con las que el euskera convive.

P. Y ahí entra en juego la traducción de títulos al euskera.

R. Sí, en los últimos cinco años se ha producido un incremento clarísimo de la literatura traducida al euskara, con obras de autores como Paul Auster o Murakami. La traducción de Harry Potter marcó un antes y un después. El problema es que no sabemos cuánto va a poder recepcionar nuestro mercado, porque nos dirigimos a lectores que utilizan dos lenguas. Otro de los retos es conseguir la simultaneidad entre la publicación del original y la traducción, hoy insuficiente.

Autogestión musical como salvavidas

La atomización es una de las características del sector discográfico vasco, que también tiene su reflejo en la Feria de Durango. Tanto grupos de música nuevos como otros ya conocidos optan cada vez más por autoeditar sus discos. Según explican los agentes implicados, en el origen de este fenómeno está la crisis derivada de la piratería, que ha reducido vertiginosamente las ventas desde 2000, a lo que se suma la crisis económica.

La bajada de ventas de CDs no se ha compensado con la comercialización por Internet. Las once casas de discos que forman parte de EHDE han vendido en el último año 99.515 unidades, 22.634 menos que el año anterior, y sólo el 1,76% de aquéllas en la Red o a través del móvil. Las firmas se han visto en la necesidad de reconvertirse y buscar negocios paralelos a la venta de cedés.

En opinión de Marino Goñi, portavoz de la asociación de discográficas vascas EHDE, este sector no recibe el apoyo institucional suficiente. "Aunque lo ideal sería no tener que pedir subvenciones, como ha sucedido durante muchos años", precisa.

En esta situación de crisis, las discográficas no arriesgan y los grupos que dan sus primeros pasos optan por la autoedición, una salida que facilitan las nuevas tecnologías. Otros ya conocidos, como Ken Zazpi, eligen esta vía como algo provisional. "No tenemos problemas para conseguir el apoyo de una discográfica, pero lo que se nos ofrece es sobrevivir en una vía que está agotada. Los creadores debemos aprovechar la crisis, que no es musical, sino de formato, para reivindicar unas condiciones más justas y dignas", dice Eñaut Elorrieta, vocalista del grupo.

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