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La guerra afgana

EE UU no se irá de Afganistán en 2011

El consejero de Seguridad del presidente precisa que en 18 meses comenzará la transmisión de responsabilidad a los afganos, no la salida de las tropas

Antonio Caño

El Gobierno estadounidense precisó ayer que la fecha de julio de 2011 marcada por el presidente Barack Obama esta semana en su discurso sobre Afganistán en West Point es la del inicio de la transmisión de responsabilidades a las autoridades afganas, no el final de la presencia militar de EE UU en ese país. El despliegue de tropas, en sí mismo, no tiene aún fecha de conclusión y está condicionado a posteriores evaluaciones de la situación sobre el terreno.

"Estados Unidos no tiene intención de dejar Afganistán en un futuro cercano y desde luego no en julio de 2011", manifestó ayer el Consejero Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, el general retirado James Jones, en una comparecencia ante periodistas extranjeros.

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Jones entendió que se ha producido en algunos círculos una interpretación equivocada de las palabras del presidente y creyó necesario aclarar que lo que Obama quiso señalar fue "un plazo de tiempo razonable" para obtener resultados apreciables en Afganistán, sin que eso signifique que, cumplido ese plazo, la misión concluya automáticamente.

"La idea de que las tropas saldrán en 2011 es incorrecta", precisó el consejero. "El objetivo es que en julio de 2011 empiece la transición, que los afganos empiecen a asumir sus responsabilidades en materia de seguridad, lo que no quiere decir que saldremos en 2011".

En su discurso en la Academia de West Point, Obama dijo exactamente: "He decidido que es conveniente para nuestros vitales intereses nacionales el envío de 30.000 soldados más a Afganistán. Después de 18 meses nuestras tropas empezarán a volver a casa. Éstos son los recursos que requerimos para tomar la iniciativa mientras damos recursos a los propios afganos que permita una transición de responsabilidades para sacar nuestras fuerzas de Afganistán".

Según la interpretación de Jones, esas palabras son la expresión de una meta, pero no el anuncio de que todas las fuerzas estarán fuera de Afganistán una vez trascurridos esos 18 meses.

El miércoles, en una comparecencia ante el Congreso, el secretario de Defensa, Robert Gates, dijo que el Gobierno confiaba en que en julio de 2011 puedan empezar a retirarse algunos soldados "al menos de algunas provincias" de Afganistán, pero añadió que, efectivamente, serían necesarias nuevas evaluaciones —la primera en diciembre del próximo año— antes de determinar un calendario preciso para la conclusión de la misión.

Desde el discurso del presidente, la Administración está en una ofensiva de relaciones públicas con objeto de matizar el mensaje enviado, que ha irritado a la izquierda, por la decisión sobre el refuerzo de tropas, y que al mismo tiempo ha generado preocupación entre algunos aliados de EE UU en Afganistán por el peligro de que la fijación de un plazo sirva para espolear al enemigo.

La fecha de julio de 2011, según el general Jones, fue escogida "atendiendo las recomendaciones de los mandos militares", que creen que existe, con los medios que a partir de ahora tendrán a su disposición, "grandes posibilidades" de haber revertido para entonces de forma significativa el curso actual de la guerra.

La medida de ese éxito se hará, añadió el consejero de Seguridad, de acuerdo al cumplimiento de los siguientes parámetros: la eliminación de los santuarios insurgentes, el buen gobierno en Afganistán, el desarrollo económico y la contribución apreciable de las fuerzas afganas a la seguridad del país.

"Cuando en una provincia se vea un aumento de la seguridad gracias a la presencia del Ejército y la policía afganas en las calles, una mejora de las condiciones económicas y un buen gobierno de parte de autoridades nacionales, locales y tribales, será el momento de hacer la transición", explicó Jones.

El consejero de Seguridad negó que, como han dicho algunos medios y portavoces de izquierdas, la escalada militar en Afganistán suponga una contradicción con el Premio Nobel que Obama recibirá en Oslo el próximo día 10. "Ese premio", declaró, "es un testimonio de promesas de futuro. Una de ellas es la de llevar la paz a Afganistán. Pero, desgraciadamente, para conseguir eso es necesario primero alcanzar unos ciertos niveles de seguridad en ese país y para eso hacen falta más tropas".

El general retirado James Jones, durante la comparecencia.
El general retirado James Jones, durante la comparecencia.AFP

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