El checo pierde su mejor arma

Desde el 5-4 y 0-30 en contra en la primera manga, Rafael Nadal construyó sobre Tomas Berdych un parcial asombroso: ganó 13 juegos consecutivos, lo que jamás había conseguido en su carrera, que ya es larga en experiencias. "No creo que haya ganado nunca un partido de la ATP por 6-0 y 6-0", reconoció tras ganar el partido. "He cometido pocos errores. Es vital que intente llevar el punto con la derecha porque mi juego es un poco más vulgar si pego tres reveses seguidos", concluyó.

La paliza que recibió Berdych en las dos últimas mangas también se resume en cifras. El checo, un sacador consumado, sólo consiguió un ace por seis del balear. "El error, por mi parte, fue que no serví bien", reconoció más tarde Berdych.

Siendo un tenista de ataque, se apuntó 24 golpes ganadores por 29 del mallorquín. Y, sumando tan pocos puntos de su autoría, se condenó cometiendo 40 errores no forzados por los 21 del número dos del mundo. Era imposible que el marcador no reflejara un partido tan descompensado en sus dos últimas mangas, dominadas de principio a fin por un Nadal desatado: el español acabó con 101 puntos ganados por los 68 de su rival.

Para el español no fue una victoria cualquiera. Pudo ser protocolaria porque lleva 13 partidos consecutivos sumando los puntos que se le encargan en la Copa Davis. No lo fue por dos razones que son como dos heridas: llevaba cuatro partidos seguidos perdiendo y no jugaba sobre arcilla desde que el sueco Robin Soderling le venció el 31 de mayo en los octavos de final de Roland Garros. Pasados seis meses, Nadal empezó ayer a recuperar su sonrisa.