Exilios universales
Un congreso de la Universitat Jaume I de Castellón recupera los nombres de la cultura sepultados por el destierro tras la guerra
Reponer el nombre y la historia de personajes que, sumergidos en el exilio, ocuparon un lugar destacado internacionalmente. Es el objetivo del congreso sobre Cultura y Exilio que estos días celebra la Universitat Jaume I de Castellón, incluido en el ciclo de congresos que bajo el título Setenta años después se desarrollan en España, Francia y México. La Jaume I aporta la versión valenciana de la creación y la cultura en los años posteriores a 1939.
Max Aub es una de las figuras que se destacarán mañana, por parte del profesor de la Autónoma de Barcelona Manuel Aznar y por Isabel Tudón. Pero también se hablará de otro segorbino, el librero Antonio Soriano, fundador de la Librería Española de París y figura clave de la cultura y el antifranquismo en el exilio.
Las jornadas rescatan notables personajes castellonenses
El encuentro analiza la figura de Max Aub y su núcleo
Además, se debatirá y se aportarán testimonios sobre otros valencianos no tan conocidos que, sin embargo, fueron destacados y reconocidos allí donde les llevó el exilio. Es el caso de Diego Perona Martínez o Josefina López Sanmartín que, en la entonces Unión Soviética, se hicieron populares como locutores de la radio intercontinental que escuchaban los exiliados y en la que trabajaban bajo seudónimos como Diego de La Plana. "Son personajes castellonenses poco conocidos en su trayectoria pero muy destacados en el ámbito internacional", señaló Lluís Messeguer, coordinador del congreso.
México fue otro de los países de acogida de exiliados y también fue destino para los hermanos Agut, Enriqueta, Carmen y José, todos ellos hijos del propietario del conocido Café Suizo. Rómulo Castro, nieto de Enriqueta, ha llegado a ser un conocido cantante y letrista, sobre todo, de Rubén Blades. Y en algunas de las canciones de éste se destapa la historia de su tío abuelo José, un pintor y diseñador de escenografía cinematográfica, entre otros, para la Metro Goldwyn Mayer. "Castellón desconoce que tuvo figuras conocidísimas en el exilio", insistió Messeguer.
También hasta México llegaron el escritor y periodista Artur Perucho, nacido en Burriana, y uno de los mejores escritores de cuentos, Pere Calders, quien empezó a desarrollar su trabajo político en Castellón.
El congreso no sólo contará con exposiciones de expertos en las vidas de estos exiliados. También abordará, con memoria oral, las vivencias del periodista y político Félix Azzati en boca de su nuera, Alejandra Soler, una mujer de 95 años que vivió 32 años en Moscú, donde ejerció profesora de los niños de la guerra.
El congreso no sólo se ha fijado en "destacados anónimos", sino que Francisco Ayala o Ramón J. Sender también son protagonistas del debate. En realidad, la comunicación y la cultura, la creación literaria en el marco del exilio, las personalidades culturales y literarias valencianas, y especialmente del ámbito castellonense y las vinculaciones literarias de Max Aub y el núcleo de intelectuales a él vinculados son los cuatro ámbitos sobre los que se ha diseñado un encuentro que finalizará con la proyección de La sangre y la memoria obra del cineasta, Nacho Sirera, nieto del capitán Sirera. La historia le reunió con el nieto del teniente Osset que, junto a su abuelo, formaba parte de la columna de militares fieles a la República que intentó, sin éxito, tomar Teruel.
La jornada de ayer incluía una visita a Las Villas de Benicàssim, algunas de las cuales se utilizaron como hospital para los integrantes de las Brigadas Internacionales.
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