El Valladolid regala el empate
Los de Mendilibar encajan tres goles del Tenerife en media hora
Otro error, uno más en una lista que ya es muy larga, permitió que el Tenerife, que estaba sobrepasado, se metiese en el partido. Otros dos errores dejaron a su merced un empate impensable 20 minutos antes. Pero el Valladolid se ha acostumbrado a ponerlo todo demasiado fácil y ni siquiera una ventaja de tres goles fue ayer suficiente para que consiguiera una victoria que se anunciaba trascendente.
Alborotado toda la semana, el Valladolid se planteó este choque como decisivo para la temporada: ganar, hacer goles, convencer y no sufrir. El rival llegaba con los mismos puntos, pero con un expediente bochornoso como visitante. Con todo, el inicio del partido no respondió a la idea. Mendilibar anunció que no iba a cambiar su sistema y, sin embargo, lo cambió. Colocó a Diego Costa y Manucho en la delantera, desplazó a Canobbio a la banda izquierda y sorprendió con una lista de novedades que provocaron casi media hora de confusión y desorden. Hasta que apareció Diego Costa, aprovechó un error de Mikel Alonso en el centro del campo, agarró el cuero y lo llevó cosido a la bota hasta superar a Aragoneses.
VALLADOLID 3 - TENERIFE 3
Valladolid: Justo Villar; Barragán, Baraja, Luis Prieto, Marcos; Á. Rubio, Borja; Nauzet (H. Font, m. 72), Diego Costa, Canobbio (Marquitos, m. 79); y Manucho (Medunjanin, m. 89). No utilizados: Fabricio; Bueno, César Arzo y Nivaldo.
Tenerife: Aragoneses; Luna, Manolo, Sicilia, Bellvis; M. Alonso, Ricardo; Juanlu (Ángel, m. 61), Alfaro, Omar Ramos (Ayoze, m. 66); y Nino. No utilizados: Richi; Román, Dinei, A. Núñez y L. García.
Goles: 1-0. M. 27. Diego Costa. 2-0. M. 34. Canobbio, de penalti. 3-0. M. 49. Diego Costa. 3-1. M. 62. Nino. 3-2. M. 70. Ángel. 3-3. M. 85. Ayoze.
Árbitro: Ayza Gámez. Amonestó a Ricardo, Diego Costa, Manucho, Bellvis, Ricardo y Marcos y expulsó (m. 92) a Luna por dos tarjetas amarillas.
Unos 12.000 espectadores en Zorrilla.
El gol devolvió al Valladolid a su esencia: presión y velocidad. Los jugadores, que habían mostrado su perfil más bajo, alcanzaron su mejor versión. A la fiesta se apuntó Canobbio, que provocó un penalti y lo convirtió en el segundo gol. Pero el Valladolid es un equipo con muchas carencias y siempre aparece alguna. El Tenerife se convirtió en un vendaval y la defensa del Valladolid en una verbena. El equipo de Oltra, sin freno, se lanzó a por un empate que llegó con otro error de Justo Villar, que regaló un punto que media hora antes estaba muy lejos.
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