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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

James Lilley, espía y ex embajador de EE UU

Estuvo en China durante los sucesos de Tiananmen

Yolanda Monge

James Lilley, embajador de Estados Unidos en China durante los sucesos de Tiananmen y agente de la CIA en Asia durante muchos años, murió el pasado 12 de noviembre en Washington a la edad de 81 años. Cuando conoció la noticia, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, definió a Lilley como "uno de los mejores diplomáticos de nuestra nación". Víctima del cáncer de próstata, el antiguo embajador "sirvió en China en uno de los momentos más difíciles de nuestras relaciones bilaterales", declaró Clinton, que se encontraba de gira por Asia junto al presidente Barack Obama.

Nacido en Qingdao (provincia de Shandong, China) el 15 de enero de 1928, James Roderick Lilley vivió su infancia en un ambiente internacional que le hizo amar las relaciones exteriores y despertó su pasión por la diplomacia.

Su padre era un empresario petrolero y su madre, maestra de escuela. Lilley idolatraba a su hermano mayor, Frank, a quien siguió hasta la universidad de Yale y posteriormente el Ejército de Estados Unidos. En 1946, cuando Lilley contaba 18 años y era un cadete en Fort Dix, supo que se había suicidado en una base militar estadounidense a las afueras de Hiroshima (Japón). Las memorias que escribió en 2004, China hands, están dedicadas a su recuerdo.

En 1951, Lilley se unió al espionaje estadounidense. Según declaró él mismo, se sumó a la CIA "como un soldado más en la lucha por el esfuerzo de América parar evitar que Asia fuera dominada por la China comunista". Su inestimable trabajo hizo posible a la agencia infiltrar espías en China.

Su relación con el primer presidente George Bush -que estaba al frente de la misión de EE UU en China cuando Lilley era jefe de operaciones de la CIA- hizo que años más tarde, durante la matanza de Tiananmen y cuando Lilley era embajador de EE UU y Bush presidente, los informes de lo que allí estaba sucediendo le fueran entregados directamente en mano a Bush.

Muy crítico

Lilley fue muy crítico con lo sucedido en junio de 1989 y acogió en su residencia en Pekín durante 13 meses al disidente Fang Lizhi hasta que el régimen comunista le permitió partir hacia EE UU. Bush padre declaró a la prensa, tras conocer su fallecimiento, que había hablado con el diplomático pocos días antes de su muerte. "Lilley sirvió al país con gran honor y distinción", declaró el ex presidente.

Además de embajador de Estados Unidos en China entre 1989 y 1991, Lilley sirvió en Corea del Sur y fue máximo representante norteamericano en Taiwan (embajador de facto). Su buen hacer hizo de Lilley un hombre respetado tanto por Pekín como por Taiwan. "Debido a que fue criado y educado en China, Jim Lilley tenía la habilidad de ver a China como a un país normal y no envolverlo en romanticismos", dijo de él Stapleton Roy, quien le sucedió en la embajada en China en 1991. "Podía ser muy crítico con China y a la vez defenderla cuando uno menos lo esperaba".

Tres hijos, seis nietos y su mujer -además de una hermana- sobreviven al ex embajador.

James Lilley, en julio de 2003, en Taipei.
James Lilley, en julio de 2003, en Taipei.AP

Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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