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Una fuente pública causó el brote de legionela de Mataró del verano de 2008

La investigación atribuye al Consistorio el contagio sufrido por 12 personas

En julio de 2008, 12 personas resultaron afectadas en Mataró por un brote de legionela, bacteria que produce casos graves de neumonía pulmonar. Ninguno de ellos falleció, aunque la mayoría tuvieron que ser ingresados en el hospital de la ciudad durante unos días. El gran enigma, sin resolver desde entonces, ha sido el foco del contagio, el lugar desde donde partían las gotitas de agua que, con la bacteria a cuestas, llevaron la enfermedad hasta los pulmones de los afectados.

Los servicios de control epidemiológico de la Generalitat, tras varias semanas de trabajo con técnicas de investigación y cálculo estadístico, han logrado ahora dar con la respuesta: el foco del brote fue una fuente ornamental de la empresa municipal Aigües de Mataró, situada en una plaza del barrio de Cerdanyola, la zona más afectada por el contagio. La gran dificultad para averiguar el foco ha sido que, en los días posteriores a la declaración del brote, todas las muestras tomadas en la zona dieron negativo.

Los primeros síntomas por neumonía se detectaron el 3 de julio de 2008, pero hasta 12 días después el centro hospitalario no alertó del brote tras detectar siete casos en menos de 24 horas, una cifra inusualmente elevada teniendo en cuenta que la legionela tiene en Cataluña una frecuencia de cinco casos por 100.000 habitantes al año, la más baja de Europa.

El mismo día 15, las autoridades sanitarias ordenaron el cierre de todas las instalaciones de riesgo en los tres barrios donde vivían los afectados: Cerdanyola, Peramàs y Pla d'en Boet. En el perímetro circundante, se localizaron un total de 42 posibles focos de los que se obtuvieron 70 muestras, pero sólo uno dio positivo, en concreto fue una torre de refrigeración que los inspectores desecharon de inmediato por su lejanía.

Fue entonces cuando los investigadores en epidemiología de la Generalitat iniciaron su investigación. El trabajo lo dirigió el epidemiólogo Pep Álvarez, y los resultados constituyen la segunda publicación científica sobre legionela con origen en una fuente ornamental en España.

Los resultados demuestran que el funcionamiento intermitente de la fuente -de 19.00 a 21.00 horas- fue uno de los factores para que apareciera el brote epidémico. Por una parte, el agua amansada facilita la aparición de la bacteria y, por otra, durante ese periodo de tiempo la plaza estuvo muy concurrida al tratarse de pleno verano, lo que facilitó su contagio.

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'Clones' de los enfermos

Los epidemiólogos recurrieron a cálculos estadísticos para dar con el foco infeccioso. Buscaron a tres personas de la misma edad y características de los 12 afectados y que residieran en la misma zona. A partir de ahí averiguaron los hábitos, rutinas y comportamiento que tuvieron durante la primera quincena de julio -calles recorridas, bares y tiendas frecuentados, horas de paso, etcétera- y los compararon con los de los afectados. La investigación intentaba encontrar coincidencias entre ambos grupos: los sanos y los enfermos. Todos los datos obtenidos se introdujeron en un programa informático que concluyó que los 12 contagiados estuvieron o pasearon cerca de la plaza justamente de 19.00 a 21.00 horas. Los sanos pasaron por allí pero no con la fuente en funcionamiento.

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