"En esta vida hace falta solidaridad familiar"
El taconeo de Nadine Morano resuena en los pasillos del hotel. Camina con la cabeza bien alta. Firme. Su apretón de manos no es tan fuerte, pero sus ojos lo examinan todo. Mirada de ordeno y mando. La secretaria de Estado de Familia y Solidaridad de Francia llega al desayuno como si ya llevase cuatro horas despierta y se hubiera bebido 10 infusiones de ginseng. Morano (Nancy, 1963) comenzó a batirse en la arena pública cuando estudiaba en la universidad, y se confiesa "gaullista de siempre". Sin embargo, parece que más que al fundador de la V República Charles de Gaulle, a quien tiene continuamente en sus pensamientos es al presidente Nicolas Sarkozy. De cada 10 frases que dice, cuatro le mencionan. Lleva con él desde el principio. Y le admira.
La ministra francesa de Familia se confiesa "gaullista de siempre"
Morano ha llegado a España con un propósito muy claro. Quiere copiar para Francia los brazaletes electrónicos que algunos maltratadores con orden de alejamiento llevan en España para controlar si se acercan a sus víctimas. Bebe un poco de agua y aparta el plato del desayuno, que aguarda vacío. "La violencia familiar es un problema en todo el mundo. Y Francia no tiene buenos resultados. Cada dos días y medio muere una mujer a manos de su pareja", explica. Y clava su mirada afilada y azul. "Y eso no lo podemos permitir".
Saca un puñado de papeles con notas manuscritas y se embarca en su discurso: "La violencia intrafamiliar cuesta al Estado 1.000 millones de euros cada año en medidas de prevención, sanitarias y sociales". Bebe un poco de zumo de naranja y ni siquiera mira de reojo los pequeños bollitos y sándwiches del catering del hotel. Tampoco presta atención al café solo que le han servido y que, palabra tras palabra, se va quedando frío.
Se indigna. "En Francia, el 51% de la población son mujeres. Debemos protegerlas", dice remarcando sus palabras. "Hace falta una verdadera voluntad política a nivel europeo. Si Europa no da su ejemplo, ¿qué va a pasar en otros países donde por ley la mujer es menos que el hombre? Ellas cuentan con nosotros. Mujeres que pasean por la calle con sólo los ojos al descubierto vistiendo un burka. Eso no lo vamos a permitir. En la Francia de la igualdad, no". Agita la cabeza y mueve las manos.
Hace unos años, Morano vendió su apartamento, compró una casa grande con jardín para ella, sus tres hijos y sus padres. Su padre, uno de sus referentes, también gaullista de siempre y conductor de camión, había sufrido un accidente. "Desde entonces está en silla de ruedas y le cuidamos entre todos. Solidaridad familiar. Es lo que hace falta en esta vida", dice. Deja un poco atrás la seriedad de su discurso de atril y esboza una sonrisa. Cuenta que si está donde está, si a pesar de todo en 2002 logró llegar a ser diputada, es por sus padres. "Me han ayudado mucho. Mi madre se ha ocupado de mis hijos desde el principio y le estoy tremendamente agradecida. Si no fuese por ellos...".
Casi al mismo tiempo que esta francesa resuelta, de pelo corto y rubio, ignoraba por completo los bocadillitos de jamón ibérico, desayunaba en un salón cercano una activista afgana por los derechos de la mujer. El fotógrafo le enseña las imágenes que ha tomado. "No lleva burka. Sólo un pañuelo. Y muestra un poco el pelo. ¿Ves? ¿Acaso no está mejor así?", pregunta Morano. Levanta la cabeza y dice firme: "Mucho mejor".
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