Las carreteras, con la 'Supersur' a la cabeza, centran los proyectos vizcaínos
El nuevo plan viario de la Diputación incluye inversiones por 3.700 millones
En Vizcaya, las principales infraestructuras en marcha son las carreteras y hace unos meses la Diputación aprobó el nuevo plan viario, que incluye inversiones por un total de 3.753 millones de euros hasta el año 2016. Entre ellas, destacan sobre todo dos obras: la Supersur y el nuevo acceso a Bilbao por San Mamés que sustituirá al actual de Sabino Arana.
La Supersur es la nueva autovía paralela a la A-8, cuyas obras se iniciaron en 2007 y cuya primera fase se espera finalizar en 2011: unirá Bilbao y Portugalete con un coste de 650 millones de euros. Se trata de la carretera más cara jamás proyectada en Euskadi: 1.290 millones de euros en total para 36 kilómetros, una inversión pública sólo superada por el tren de alta velocidad. El objetivo es aliviar la saturada A-8 a su paso por el área metropolitana de Bilbao.
El acceso a San Mamés es la segunda gran obra en marcha
Se demoran los corredores periféricos, con 745 millones de coste
El primer esbozo de la oficialmente conocida como Variante Sur Metropolitana se remonta a 1988, pero fue desechada entonces por su alto coste y los grandes impactos medioambientales. Con la progresiva saturación de la A-8, la Diputación la consideró fundamental para evitar un caos en el tráfico en los accesos a la capital vizcaína.
El proyecto se ha dividido en tres fases. Primero se acometerá la más cercana a la capital, entre Bilbao y Portugalete, ahora en marcha, que se pretende culminar para 2011. A partir de 2012, aunque todavía sin fechas definidas, se adjudicarán la segunda fase (Arrigorriaga-Galdakao) y la tercera (Trapagaran-Muskiz). La primera fase supone una inversión de más de 650 millones de euros para 10 kilómetros de trazado, de los que ocho discurrirán a través de túneles. La Supersur es el primer proyecto viario en Euskadi que utiliza una nueva fórmula de contratación a precio cerrado, que supone el traslado de la responsabilidad a los constructores, quienes deberán asumir posibles sobrecostes y la demora en los plazos de ejecución.
La autovía será de peaje (habrá dos cabinas y un centro de control en Bilbao) y el canon será más elevado que el de la A-8. No hay cifras concretas, pero variará en función de horarios y trayectos para incentivar los viajes de largo recorrido. La Diputación pretende que absorba 42.000 vehículos diarios y que sea utilizada de manera obligatoria por el transporte pesado que ahora transita por la A-8.
El nuevo acceso a San Mamés es la segunda gran obra en marcha, con un coste de 147,8 millones. Si se cumplen las previsiones, estará operativo en 2012. Sustituirá a la actual entrada y salida por el viaducto de Sabino Arana, el más utilizado de la decena de accesos a Bilbao, con 75.000 vehículos diarios. Esta infraestructura supondrá un gran cambio urbanístico en Bilbao, ya que propiciará el derribo del viaducto de Sabino Arana, una vieja reivindicación de los vecinos de la zona, y la recuperación de esta área para la ciudad. Se espera que el vial absorba 35.000 vehículos, la mitad de los que circulan ahora por Sabino Arana, y para ello la Diputación ha empezado a ampliar la capacidad de otros accesos por el norte de la ciudad.
El tercer gran proyecto viario en marcha es la ampliación de la autopista A-8, cada vez con un mayor tránsito de vehículos. De los 30 kilómetros del tramo vizcaíno, cerca de 22 (entre Basauri e Iurreta) dispondrán de un tercer carril para 2010, cuando se encuentra prevista la conclusión de las obras. La asunción de la gestión de la Bilbao-Behobia por las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa, en junio de 2003, y con ello el cobro de los peajes, ha permitido a las dos instituciones forales disponer de unos ingresos sustanciales (superan los 75 millones anuales) para sufragar estas ampliaciones.
Todavía deberán esperar los nuevos corredores periféricos, anunciados en 2008 y con un presupuesto total de 745 millones, pero para los que no se ha dispuesto ninguna partida en los Presupuestos de 2010. Se trata de cinco corredores que benefician a las localidades de Markina, Ondarroa, Lekeitio, Gernika, Igorre y Bermeo, y que tendrán una conexión directa y rápida con la A-8.
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