Paloma, aquí hay tomate
La compañía realiza unos 1.500 ensayos para el desarrollo de nuevas variedades
El tomate constituye uno de los ejes del sector hortofrutícola español y uno de los puntos fuertes de las exportaciones, con casi un millón de toneladas, en su mayor parte a Europa. El tomate es igualmente una de las producciones más amenazadas por las importaciones, sobre todo de Marruecos, y por las elevadas producciones industriales de los grandes invernaderos instalados en algunos países al norte de la UE.
En ese contexto de una producción con un importante mercado, pero a la vez con muchas sombras, se halla la apuesta de la empresa murciana Grupo Paloma, ubicada en Mazarrón, propiedad de la familia Hernández.
El tomate supone el eje de su actividad. Aunque también opera en el cultivo de uvas y frutas de hueso, con una facturación de 90 millones de euros, el tomate supone más del 70% de sus ventas. La producción se eleva a unas 90.000 toneladas, de las que 80.000 se comercializan en fresco durante toda la campaña y solamente las que no se consideran de buena calidad se destinan para la transformación.
"Hemos apostado por el tomate porque consideramos que es un producto en el que existe un importante mercado y, además, existe la posibilidad de desarrollar procesos de investigación y mejora. Queremos vender, pero sobre todo recuperar para su consumo a los jóvenes, y que vuelvan a encontrar en el tomate el sabor de siempre", señala el presidente José Hernández.
El Grupo Paloma tiene sus campos de producción en su mayor parte en Murcia y en Almería, y dispone de una superficie de unas 600 hectáreas de invernaderos. No tiene plantaciones al aire libre. Frente a la cada vez mayor competencia de las importaciones, el grupo ha diseñado su estrategia desde una triple dirección: competitividad en precios, calidad e investigación y servicio.
Desde la perspectiva de la competitividad, Paloma ha desarrollado un programa de mejoras de instalaciones con unas elevadas inversiones en los últimos años para lograr mayores rendimientos sin detrimento de la calidad de la oferta. El grupo presta especial atención a la investigación propia para el desarrollo de nuevas variedades en volumen, formas, color y sabor en función de la demanda de los consumidores. Los trabajos de I+D suponen en la actualidad manejar más de 1.500 ensayos de nuevas variedades. Sobre ese ingente volumen de material, al final se llega a una selección de entre ocho y diez variedades para cerrar el proceso con la elección de solamente dos o tres nuevas variedades. Para José Hernández, se trata de un proceso de selección largo y costoso, pero es la única vía si se pretende entrar en los mercados y lograr atraer a nuevos consumidores frente a la competencia de otros países comunitarios y del exterior.
El tercer factor para lograr una mayor competitividad es el desarrollo de una logística eficaz para ofrecer el mejor servicio al cliente y que el producto se halle en un estado óptimo para su consumo. Un tomate cortado en la jornada de mañana en una explotación murciana se prepara y confecciona en la jornada siguiente y puede estar puesto a la venta en cualquier país comunitario en un plazo de tres días desde que se cortó de la planta.
De las 80.000 toneladas de tomate que comercializa el grupo, el 95% se coloca en el resto de los mercados comunitarios, donde destacan sus ventas en el Reino Unido y en Alemania.
"Tal como están las cosas en los mercados, la única vía para estar en los mismos y seguir mejorando cuotas de venta es producir lo que nadie pueda hacer en base a una fuerte especialización basada en una investigación permanente", señala el presidente del grupo, José Hernández.
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