"No tenemos miedo, sino hastío"
La enmarañada resolución del 'caso Polop' desconcierta a los vecinos
Desde hace dos semanas los días en Polop (4.600 habitantes) son más cortos y, sobre todo, más tensos. Una de las cosas que han cambiado en esta localidad del prelitoral de La Marina Baixa es que las calles se vacían al anochecer. La sensación de soledad al pasear no hace más que acrecentar la impresión de que allí todos esperan que pase algo en cualquier momento. "No tenemos miedo, sino hastío", señaló ayer un comerciante al recabar su opinión sobre la maraña que envuelve la resolución del asesinato del alcalde, Alejandro Ponsoda, del PP.
Ponsoda fue tiroteado a las puertas de su casa la noche del 19 de octubre de 2007. Desde esa fecha y hasta el pasado día 3 el pueblo no tuvo conocimiento oficial del mínimo detalle sobre quién y por qué mató a Alejandro Ponsoda. Hace dos semanas afloró a la opinión pública el primer dato del enigma. Fue el arresto de un narcotraficante de La Vega Baja. Desde entonces, se han registrado otras dos detenciones más (un empresario del calzado y el gerente de un club de alterne). Pero el móvil sigue oculto.
El alcalde anuncia que el consistorio se personará en el sumario
La madeja volvió a liarse el miércoles con las manifestaciones del abogado de uno de los detenidos, que implicaba en el plan para asesinar a Ponsoda, fraguado en un prostíbulo, a un cargo público de la comarca. "El caso comienza a hacer mella entre los vecinos. Estamos desconcertados, y no sabemos por dónde tirar ante el cúmulo de especulaciones", señaló otro vecino. Este hombre advirtió del riesgo que pueden acarrear los rumores sobre la identidad del cargo público. "Se está apuntando a personas que merecen nuestra credibilidad y que siguen libres", puntualizó.
La indefinición que envuelve la autoría y móvil del asesinato de Alejandro Ponsoda ha vuelto a poner el pueblo en el ojo del huracán de los medios de comunicación. Los vecinos se levantan cada día preguntándose si los periódicos les sorprenderán con alguna novedad, porque, ahora sí, todos sospechan que la resolución del asesinato del regidor está próxima. Pero también el desembarco de periodistas en la localidad empieza a provocar rechazo. "Sinvergüenzas, iros a vuestra casa y dejarnos ya tranquilos", gritó al unísono un grupo de hombres en plena calle al paso de una unidad móvil de una cedena de televisión.
La reacción de estas personas fue argumentada así por el alcalde, Juan Cano, del PP: "El pueblo está esperando que se confirme la implicación de los detenidos y se acabe con esto. El pueblo sigue igual y sólo rompe la tranquilidad la presencia de tantos medios de comunicación".
El regidor salió al paso de informaciones que le implican en los hechos: "No voy a complicarme la vida en contradecir barbaridades". Y fue más allá. "No tengo nada que probar, aunque puedo probarlo", dijo al tiempo que destacó la incongruencia que supondría tener que defender su inocencia sin estar acusado de nada en un Estado de derecho.
Cano renegó de la imagen de "pueblo del lejano oeste en el que la gente va con pistolas por la calle" que estarían transmitiendo algunos medios, aunque lo cierto es que no hay ningún detenido que sea de allí. Y para defender la limpieza del nombre de Polop avanzó que el Ayuntamiento se personará como acusación particular en el caso.
La iniciativa cuenta con el respaldo de los tres ediles del Grupo Municipal Socialista. "Está en juego la honestidad de la corporación", dijo su portavoz, Gabriel Fernández. El Ayuntamiento se completa con otros dos concejales independientes y los seis ediles del equipo de gobierno del PP.
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