Libertad en cielo despejado
Si uno tuviera que hacer caso a las mecánicas narrativas del biopic, podría llegar a la conclusión de que una biografía humana posee una estructura inevitable de iniciación, ascensión y caída con posibilidad opcional de redención climática. Amelia, biopic del icono filo-feminista que encontró en los cielos su territorio de libertad y autoafirmación, le lleva la contraria a la regla y dibuja una biografía en forma de veloz trayectoria en línea recta, rematada en ese tipo de puntos suspensivos que alientan la construcción de una leyenda. La película de Mira Nair se desmarca de las servidumbres del género en muchos otros sentidos: no inflama el contenido dramático de una existencia que, al parecer, fue esencialmente feliz y triunfal y, en una opción que no deja de atentar contra la intensidad emocional del conjunto, también se resiste a la tentación de formular la vida de Amelia Earhart en clave épica.
AMELIA
Dirección: Mira Nair.
Intérpretes: Hilary Swank, Richard Gere, Ewan McGregor.
Género: Biopic. EE UU-Canadá, 2009.
Duración: 111 minutos.
Resulta tan difícil irritarse con esta película como simpatizar con ella: Hilary Swank, quizás la más directa heredera que pueda tener Katharine Hepburn en el moderno star system, vuelve a cuidar no tanto su ejercicio de interpretación como la canalización de una identidad. A su lado, tanto Richard Gere como Ewan McGregor se revelan piezas tan funcionales como sus respectivos modelos debieron de ser en el singular proyecto de vida de esta aviadora que no quiso limitarse a encarnar un símbolo, sino a llevar lo que dicho símbolo implicaba hasta las últimas consecuencias. Hasta la difuminación final.