El Gobierno coruñés promete ahora atajar el derribo de edificios valiosos
La peatonalización de la Ciudad Vieja se retrasa hasta "bien entrado 2010"
Le llaman la zona cero en el nuevo plan general de ordenación urbanística de A Coruña, ahora en tramitación. Una denominación que tiene visos de convertirse en realidad tras los últimos episodios del deterioro que acumula desde hace décadas el casco histórico de la última ciudad gallega en diseñar un plan de rehabilitación.
En una de las entradas principales de la Ciudad Vieja, en Porta de Aires, dos parcelas contiguas ilustran lo peor de una política de restauración que, por su retraso, no ha dado muchos frutos: una edificación de piedra fue totalmente arrasada, pese a estar suspendidas todas las licencias en la ciudad desde hace meses. Y el inmueble vecino fue reconstruido, aunque lejos de su aspecto original y del entorno secular en el que se asienta, a dos pasos de la milenaria iglesia de la Colegiata de Santa María, ahora es un edificio futurista con, en vez de paredes, grandes cristaleras de aluminio y vidrio verdoso. Sólo quedaron en pie unas pocas piedras de la fachada principal.
"Aún no se ve, pero la rehabilitación se verá", asegura el edil de Vivenda
Mientras, avanza lentamente el plan para peatonalizar la única zona monumental de una ciudad gallega donde los coches siguen campando a sus anchas. "Hasta bien entrado el próximo año" las empedradas calles de la Ciudad Vieja no quedarán libres de tráfico, reconoce el edil responsable de esta área, el socialista Florencio Cardador.
El Ayuntamiento asegura que el cambio para "una auténtica política" de rehabilitación y conservación del corazón histórico de A Coruña, que engloba la Ciudad Vieja y el barrio de Pescadería, está "en marcha". Y no sólo por la importante inyección de dinero para remozar edificios de viviendas y reurbanizar espacios públicos (casi siete millones de euros hasta 2012). También se reforzaron las medidas en las últimas semanas para impedir "más agresiones". Hasta que no haya un nuevo Plan Especial de Protección y Reforma Interior del casco histórico, dentro de año y medio más o menos -se adjudica su redacción en breve-, ambos barrios quedan "protegidos de agresiones y obras impropias", asegura el concejal de Rehabilitación e Vivenda, el nacionalista Mario López Rico.
Además de la suspensión de toda licencia de demolición, incremento de alturas o anexión de parcelas decretadas hace ya más de ocho meses en toda la ciudad, el Gobierno ha empezado a anular todas los permisos de años anteriores que seguían "vigentes". Fue una de esas viejas licencias sin caducar la que permitió a sus dueños pasar por alto la suspensión y demoler legalmente en agosto la casa de Porta de Aires que, pese a ser por dentro de piedra y con elementos externos antiguos, no tenía protección. Otra de las medidas del Ejecutivo local consiste en reforzar las inspecciones urbanísticas, con "una disciplina más ágil y eficaz" que hasta ahora. Se abrieron más de 200 expedientes sancionadores en edificios del casco histórico. Son 1.771, de los que apenas la mitad (892), cuenta con algún tipo de protección.
"Llevamos dos años frenando el proceso de deterioro histórico pero fue tan grande y durante tanto tiempo que la rehabilitación siempre es más lenta", alega el edil. Le preocupa especialmente "muchos edificios" protegidos que están en peligro de ruina. El problema, además la tardanza en acogerse a las ayudas del Estado y la Xunta para restauración -desde 2007 fueron remozados 162 edificios-, es que el plan especial de protección del casco histórico, en vigor desde 1998 y ahora en revisión, "incentivaba sólo la rehabilitación que incluyera un mayor aprovechamiento y altura" de los inmuebles. No obstante, Mario López Rico asegura que el cambio "radical está en marcha". "Aún no se ve, pero se verá", promete. Mientras, avanza también lento el plan de peatonalización de la Ciudad Vieja, otra gran pata de la restauración de la zona.
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