El Puerto como trampolín
Todo el partido dio por hecho, cuando Corina Porro renunció a su escaño en el Senado el pasado abril -para convertirse en presidenta de la Autoridad Portuaria de Vigo-, que la dirección del PP calcaba la maniobra del PSdeG para utilizar de nuevo el puerto como un trampolín a la alcaldía. A fin de cuentas a los socialistas les había salido bien cuatro años antes con Abel Caballero.
El PP perdió un asiento en el Senado -el candidato sustituto de Porro, Angel Latas, había muerto un par de meses antes y la ley no prevé otro mecanismo de suplencia- en un momento de extrema debilidad en ambas cámaras para el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero. Finalmente, la dirección nacional aceptó renunciar al escaño por la fuerte presión que ejercieron tanto Porro como el presidente de la Diputación y del partido en Pontevedra, Rafael Louzán. Dirigentes populares aseguran que en aquel momento, la senadora amagó incluso con no encabezar la lista a las municipales en 2011.
En su incipiente mandato, la presidenta del Puerto ha chocado varias veces con el alcalde de Vigo, en lo que buena parte del PP interpreta como los primeros lances de una dura batalla electoral por el gobierno de la mayor ciudad de Galicia. Para empezar, Porro enterró definitivamente en septiembre pasado el Plan Nouvel, un ambicioso proyecto urbanístico que preveía rellenos en la ría, una torre celta y una renovada estación marítima diseñada por el prestigioso arquitecto francés que ganó un concurso convocado por la Autoridad Portuaria durante el mandato de Caballero en vísperas de las municipales de 2007. Lo tildó de "ilegal" y repitió casi a diario que llevarlo a cabo sería despilfarrar los fondos públicos.
Cada vez que tienen ocasión, la presidenta airea además sus diferencias con el modelo de ciudad que pretende el alcalde. Hasta ahí, todo según el guión pactado. Pero estos siete meses al frente de la dársena han servido, según algunos de sus allegados, para que Porro se vaya sintiendo cada vez más cómoda en el cargo. Su entorno se lo ha hecho saber a la dirección del partido a quien compete la decisión final. Pero su partido tiene escaso margen de maniobra, porque nadie resulta tanto en las encuestas como Corina Porro.
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