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Brufau advierte que Repsol no venderá activos para hacer caja

El presidente del grupo envía mensajes a Sacyr desde Brasil

El presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, apeló desde Brasil al Plan Estratégico 2008-2012 de la compañía para intentar sofocar tensiones internas. Sin mencionar ni en una sola ocasión a la constructora Sacyr, principal accionista de la petrolera con el 20%, Brufau dejó claro que no se saldrá del guión. No venderá más activos de los previstos para hacer caja, no romperá la disciplina financiera que impone el plan para remunerar a los accionistas vía dividendo y no frenará la apuesta por la exploración que tan buenos frutos está dando. Sacyr ha negado que esté presionando a Brufau para que Repsol YPF, en un mal año, mantenga el dividendo de 2008 (1,05 euros por acción) y haga caja. Pero la intervención del presidente de Repsol YPF confirmó que las aguas bajan revueltas en la petrolera.

"En una casa grande, no se puede estar improvisando"; "Un plan estratégico no puede variar día a día en función de las dificultades de algunos"; "El plan lo aprobó el consejo... unánimemente"; "La deuda de Repsol son 4.000 millones, no tenemos un problema financiero..."; "No hay que vender activos por razones externas a la compañía". Todas las frases tuvieron como destinatario fundamental a Sacyr y en conjunto proporcionan una idea clara de cómo ve Brufau la situación del primer accionista de la petrolera y por qué cree que presiona. Para Brufau, el Plan Estratégico 2008-2012, que se aprobó en febrero de 2008, es "la Biblia". Modificaciones pactadas y consensuadas sí, vino a decir, pero giros estratégicos, ninguno. "El Plan Estratégico no significa que te suicides; se puede cambiar, pero de acuerdo con el consejo, como ha sucedido con la refinería de Sines".

Lanzado el aviso a navegantes. Brufau adelantó por dónde llevará a la compañía en los próximos años: apostará por la exploración offshore (en aguas alejadas de las costas), donde piensa que Repsol YPF se ha adelantado a sus competidores en tecnología; consolidará los proyectos en Brasil, para lo que precisará en torno a 12.000 millones en 10 años y, probablemente, nuevos socios y cumplirá estrictamente lo contemplado en el Plan Estratégico en cuanto a desinversiones (6.000 millones de euros hasta 2012 de los que se han logrado ya más de la mitad). Respecto a la argentina YPF, Brufau fue claro -no se "malvenderá" dijo- y saldrá a Bolsa cuando sea posible. Para engrasar el proceso, en años inciertos, la dirección de Repsol YPF cuenta con los activos en desarrollo en Brasil. Allí donde el bocado sea demasiado grande, puede darlo a compartir a cambio de dinero o de concesiones en otros lugares del mundo. La prioridad, en este sentido, aseguró Brufau, está en identificar oportunidades cada dos o tres años.

Pero mientras llegan los resultados de los yacimientos descubiertos, Repsol YPF se dedicará a ahorrar costes. De los 9.300 millones previstos para exploración (upstream) hasta 2012 se ahorrarán 600 millones. Ya este mismo año la compañía ha logrado reducir los gastos, en nueve meses, en 630 millones. Y mantendrá las inversiones en proyectos que tienen perspectivas de mejora como la refinería de Cartagena. Sobre Gas Natural (donde Repsol tiene el 30% del capital), Brufau dijo que no piensan "en absoluto" vender su participación.

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