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Aspromonte, un sindicato a la sombra de la empresa

La organización representa al 70% de los trabajadores de Cajasur

En mitad del vendaval que está suponiendo el proceso de fusión entre Cajasur y Unicaja, la principal organización de trabajadores de la entidad cordobesa, Aspromonte, se desmarcó esta semana y decidió dejar de apoyar la futura unión, hasta que no se aclare la cuestión laboral, que podría implicar el cierre de oficinas y la pérdida de empleos. La decisión de la agrupación es, cuanto menos, llamativa pues, por primera vez, parece oponerse al dictamen de la directiva de Cajasur, con la que suele alinearse, y que está controlada por la Iglesia.

Pero, ¿qué es Aspromonte? Sobre el papel está claro: es el sindicato (asociación profesional sindical, para usar su propia definición) de trabajadores más importante de Cajasur, que representa al 70% de la plantilla, de casi 3.200 personas. Pero, por otro lado, y debido a su manera de hacer sindicalismo, Aspromonte no ha podido zafarse de una sombra amarilla que le ha acompañado desde que nació, en 1977. "Es un grupo de personas que, en su momento, surgió para servir al cura Miguel Castillejo

CC OO: "Si se rompe la fusión, el Banco de España nos interviene"

[verdadero hombre fuerte de Cajasur y que dirigió la firma durante tres décadas, hasta 2005] y que luego ha servido para hacer lo que diga la caja", critican fuentes de CC OO, que representa al 20% de los empleados (el 10% restante pertenece a la UGT).

Como es lógico, Aspromonte no se considera un sindicato amarillo que sirva de topo de los patronos. "Hemos demostrado nuestra independencia. No estamos manejados por la clase política, como sí lo están los sindicatos de clase, sobre todo CC OO", afirma José Ignacio Torres Vidal, presidente del sindicato desde hace dos años. "Somos transparentes y dialogantes. Ejercemos presión para lograr nuestros objetivos, pero lo hacemos donde es necesario: en los despachos. Sin confrontación".

Por eso sorprendió la última circular interna, que también se remitió a los medios de comunicación. Se trataba de un texto muy duro, en el que se llamaba a la defensa de los puestos de trabajo en términos dramáticos -"si damos la espalda, estaremos siempre con la incertidumbre del tiro en la nuca"-. El sindicato dice estar dispuesto a todo. "A partir de ahora ejerceremos la presión sobre quien haga falta. Sea quien sea", dice Torres Vidal, quien no descarta movilizaciones.

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¿Y tiene un sindicato como Aspromonte, que se enorgullece de su estrategia conciliadora, capacidad de sacar a sus huestes a la calle? "Ya tenemos experiencia", responde su portavoz, "cuando Cajasur y la Junta se enfrentaron hace unos años por la Ley de Cajas, llevanos 50 autobuses de empleados a protestar a Sevilla", recuerda orgulloso.

Lo que despista a muchos es la meta que persigue Aspromonte, pues se tiene claro que "si se rompe la fusión, el Banco de España nos interviene", dicen en CC OO. Para unos, no deja de ser una estrategia de presión. "Todos sospechamos que esa circular interna no la escribió Torres Vidal, sino otras cabezas pensantes", señalan desde UGT, que añade: "Lo que se pretende es lo de siempre, velar por sus propios intereses particulares".

Sí a las prejubilaciones

Aspromonte afirma que sigue luchando por los empleados en el proceso de fusión. "No estamos en contra de la unión en sí, pero lo que queremos es que se cumpla el protocolo de intenciones del 27 de julio, donde se hablaba de conseguir un acuerdo social previo, y aprobado por los consejos de administración de Cajasur y Unicaja y, posteriormente por la asamblea general", afirma el presidente del sindicato, José Ignacio Torres Vidal. "No vamos a permitir que haya destrucción de empleo. La única regulación del posible excedente de personal sería a través de prejubilaciones", sostienen. La misma Aspromonte aprobó el plan de actuación presentado por Cajasur al Banco de España el 19 de mayo -antes del protocolo de fusión-, por el que la entidad cordobesa se comprometía a cerrar en dos años 54 oficinas y a hacer un ajuste laboral en el 10% de su plantilla (unos 300 trabajadores). Una vez acordada la fusión, Cajasur defiende que la partida ha cambiado y que hay que renegociar las cifras. En este marco, el sindicato buscó apoyo para abordar una unidad de acción. Así lo acordó con el sindicato de Unicaja Secar y con UGT, aunque esta última ha decidido desmarcarse.

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