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Entrevista:ALMUERZO CON... JUAN ANTONIO BELMONTE

"Soy arqueoastrónomo, y eso es puñetero"

Amelia Castilla

"No sabía que estabais en guerra", dice a modo de saludo señalando el paisaje de vallas, zanjas y apisonadoras que adornan el madrileño paseo de Recoletos. La cita en este restaurante no es porque tenga nombre de estrella ni porque esté situado en la dirección de Júpiter y Venus, como correspondería a un arqueoastrónomo. Juan Antonio Belmonte (Murcia, 1962) ha escogido El Espejo por varias razones: por su decoración modernista, porque ha compartido mesa aquí con José Luis Sampedro y porque está ubicado a dos pasos del Museo de Arqueología donde debía impartir después una conferencia sobre los hallazgos de la misión hispano-egipcia en el antiguo Egipto, en la que ha participado.

Este 'Indiana Jones' español pasa la vida estudiando la posición de edificios

Parte de su trabajo consiste en estudiar la orientación de edificios y monumentos antiguos: desde dólmenes o menhires hasta catedrales medievales o iglesias renacentistas. "Hemos hecho descubrimientos muy hermosos, como que los egipcios elegían el emplazamiento de sus edificios de forma que se verificase una orientación doble: topográfica y astronómica. Un caso singular sería el templo de Karnak, el único sitio en el valle del Nilo en el que la Luna, en el solsticio, es perpendicular a las aguas del río, lo que sugiere que la elección del sitio fue deliberada".

Tiene claro que optará por el rabo de toro y se detiene en la carta de vinos para elegir un somontano. Belmonte vive en Tenerife, donde forma parte de la plantilla de investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias, pero pasa media vida viajando con su ordenador al hombro. Acaba de regresar de Turquía y su agenda echa humo. Con los boletus en la mesa explica que en Egipto ha visitado más de 500 emplazamientos -350 templos, 110 sitios arqueológicos y 150 tumbas-. Al que algunos llaman el Indiana Jones español, ha disfrutado en el curso de una de sus misiones el amanecer en la antigua Tebas y, por supuesto, se encontraba en Abu Simbel cuando el Sol iluminaba las estatuas. "La sorpresa más agradable de la expedición fue descubrir que, entre lo que sostenían los egiptólogos, que relacionaban la orientación de los templos con el Nilo, y lo que cuentan las escrituras, relacionando la ubicación con la astrología, fue encontrar que las dos partes tenían razón".

La suya fue una vocación clara. Sus padres querían que fuese médico y a él le gustaba la arquitectura, pero optó por el camino de en medio y estudió Físicas en Barcelona. En el colegio mayor se aficionó a la egiptología y ahí mismo empezó a estudiar los jeroglíficos. Llegó hace 25 años a Canarias para realizar la tesis con una beca de formación de personal investigador en la Universidad de La Laguna y se quedó. Antes de elegir el postre -macedonia "sin fresas"- confiesa lo mucho que le ha gustado Ágora, la película de Alejandro Amenábar. Belmonte reconoce que la arqueoastronomía es una disciplina joven y "puñetera". "Utiliza herramientas de la ciencia física pero al servicio de las ciencias sociales. Hemos tratado de inculcar a la gente que el cielo es parte del paisaje. No se nos ocurre pensar que si esperamos a la noche y sale la Luna cambia la foto".

Belmonte pone la física al servicio de la ciencia social.
Belmonte pone la física al servicio de la ciencia social.GORKA LEJARCEGI

El Espejo. Madrid

- Entradas: 7,50 euros.

- Boletus: 18,50.

- Lasaña de langostinos: 16,70.

- Milhojas de rabo de toro: 16,50.

- Macedonia de frutas: 6.

- Café o infusión: 5,20.

- Agua mineral: 3.

- Dos cervezas: 7.

- Viñas del Vero: 18,50.

Total: 105,82 euros (con IVA).

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