Una comparación surrealista
Veteranos del Madrid rechazan que una posible remontada pueda evocar las gestas de los 80
Dice Pellegrini que la obligación no es una palabra que puede aplicarse al fútbol. No entiende, por lo tanto, que el Madrid, éste Madrid construido a base de millones, tenga la obligación de ganar hoy ante el Alcorcón, un segunda b. No entiende que las remontadas son otra cosa, pertenecen al ADN del Madrid, pero de otra época como comentó ayer indignado Carlos Santillana. "Me parece muy poco serio hablar de eso y comparar las dos cosas. El Alcorcón no es equiparable al Derby County o al Anderlecht". Pues no, no lo es. En los años setenta y ochenta el Madrid de Camacho, Gallego, Santillana y más tarde de Valdano, dio vida a unas noches épicas. Pero contra rivales del mismo nivel y en competiciones europeas.
"Es un poco surrealista hablar de remontada cuando no te enfrentas a equipos de tu misma categoría... ", cuenta Ricardo Gallego, que vistió la camiseta blanca entre 1980 y 1989. El ex jugador recuerda cómo fue la noche en la que el Madrid dio la vuelta a la derrota (5-1) sufrida en Alemania contra el Borussia Mönchengladbach. En el Bernabéu se impuso por 4-0 y se clasificó para los cuartos de final de la Copa de la UEFA. "En ese tipo de partidos los jugadores decidíamos hacer el calentamiento sin salir al césped. Para que el público, que ya llevaba dos horas en el estadio, no se desgastara antes de tiempo", recuerda ahora.
Por aquel entonces, igual que hoy día, no valían las consignas de 'hay que marcar tres goles en la primera media hora o antes del descanso'. "No hay planes preconcebidos porque no existen planificaciones teóricas", defendió ayer Pellegrini. Gallego piensa lo mismo: "Es imposible controlar eso. Existe la intención sí, pero otra cosa es poder llevarla a cabo", explica. ¿Entonces, cómo se mentaliza uno? ¿Cuál es la clave? "Empezar a preparar el partido de vuelta en el mismo momento en el que acaba el de ida. Y en los partidos intermedios marcarte objetivos como el ritmo y la intensidad para que luego resulte todo más fácil", cuenta.
Jorge Valdano, el inventor del término miedo escénico compartió con Gallego otra noche épica en el Bernabéu. Fue en la temporada 1984-85, también en la Copa de la UEFA, contra el Anderlecht. "Nos metieron tres en Bruselas y esa misma noche nos juntamos y dijimos: 'No han hecho tanto como para que haya tanta diferencia en el marcador', a esto le damos la vuelta", recuerda Gallego. En Chamartín acabó 6-1. "Nos sobró medio tiempo y una vez marcados los seis goles ya no sabíamos qué hacer. La mitad del equipo quería que marcáramos más, la otra que conserváramos el resultado", dice Valdano. "Contra el Borussia, en cambio, teníamos que ganar por cuatro goles de diferencia y el cuarto llegó en el minuto 92... así que todo lo que te plantees antes no vale", añade.
Según el ahora director general del Madrid lo fundamental era lanzar el saque de inicio. "Había que encender al público, conectarse con él tomando la iniciativa desde el principio. Con presión, entrega y tirando a puerta en el minuto uno".
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