El 'mail' artista
El Macba dedica una exposición al excéntrico Ray Johnson
En Barcelona, en el casi secreto pero existente mundo del arte alternativo, le han realizado varios homenajes (véase merzmail.net). No en vano, Ray Johnson es todo un mito entre creadores de mail art, performers y todo tipo de rara avis creativas antisistema oficial. Pero ahora puede decirse que el excéntrico artista ha entrado en la oficialidad. Ayer, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) inauguró una exposición dedicada a su trabajo que recoge tanto su, escasa, obra para galerías de arte como una selección de los miles de envíos de arte por correo que realizó y, también, los magníficos collages casi secretos que realizaba en los últimos años de su vida.
A un tiempo seguidor de las primeras vanguardias dadaístas, en la línea de Kurt Schwitters, y precursor a su manera del pop art, la obra de Ray Johnson se sitúa casi fuera del tiempo. Es antigua y actual a la vez, como lo ha sido desde su invención el collage, su principal arma de trabajo. El personaje, además, tiene una biografía de estas que fomentan el mito y que darían pie a más de una película o novela.
Nació en Detroit en 1925, en una familia de inmigrantes finlandeses, y estudió en el prestigioso Black Mountain College, donde tuvo como profesores a Robert Motherwell y Josep Albers, cuya filosofía del color y la forma de la escuela de la Bauhaus marcó su obra posterior tanto en el aspecto artístico como en sus trabajos como grafista. En aquel momento también estudiaban allí artistas como Rauschenberg y John Cage, un ambiente propicio que continuó a finales de la década de 1940 cuando se instaló en Nueva York.
Pese a que en Manhattan era todo un personaje, lo cierto es que su obra desde el inicio se mantuvo voluntariamente alejada del circuito comercial de las galerías, con las que tenía una relación ambigua. Aunque debía de tener, como todo artista, un ego considerable, lo que él "inventó" a mediados de los años cincuenta es el frágil mail art (arte por correo), envíos postales de sus collages, muchas veces sólo fotocopiados, en los que tanto se surtía de recortes de diarios o revistas relacionados con la imaginería de la publicidad o las estrellas del espectáculo como se inventaba sus propias versiones de los personajes populares (su famoso bunny era una especie de conejo inspirado irónicamente en Micky Mouse). En algunas ocasiones la pieza era textual, con mensajes casi siempre incisivos, y en ocasiones pedía a los destinatarios de sus envíos que los hicieran correr o también que hicieran su aportación a la obra y se la devolvieran. De ahí el Please, add to & return del título de esta exposición, que estará abierta hasta el 10 de enero y que tiene como comisarios a Alex Sainsbury y Chus Martínez.
Lo del mail art tuvo éxito y en los sesenta los envíos fueron masivos creando toda una disciplina artística que potencia el anonimato y la colaboración y que ha crecido exponencialmente estos últimos años gracias a Internet. Al parecer, en los sesenta Johnson estaba en todas las salsas del mundillo artístico neoyorkino, Factory de Warhol incluida, pero al final de la década decidió dejarlo todo y se retiró a un pueblo cerca de Long Island en donde siguió trabajando en sus collages, enviando y recibiendo sus piezas postales, montando todo tipo de curiosas reuniones tipo happenings y haciendo sus performances. La mejor, dijo él, la anunció a sus conocidos. El 13 de diciembre de 1995 se suicidó lanzándose a las heladas aguas de Long Island.
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