La Mostra mantiene el número de espectadores pero dobla su recaudación

La Mostra de València, que este año afrontaba en su XXX edición un nuevo rumbo de manos de su director, Salomón Castiel, precisamente en un año de crisis y de recortes presupuestarios, ha logrado mantener el número de espectadores a pesar de que los precios de las entradas aumentaron. A las proyecciones del festival han asistido este año unas 14.450 personas, "prácticamente las mismas que en años anteriores", según explicó ayer el teniente de alcalde del Ayuntamiento, Alfonso Grau. Una asistencia a la que hay que sumar los pases Mostreta, a los que han acudido 17.000 niños, mil menos que en 2008, aunque hay que considerar que "los niños más que ir al festival los llevan".

Con una asistencia similar a la de otras ediciones, el mérito está en haber pasado de los 4.536 euros de recaudación del año pasado a los 10.400 de esta edición, ya que el público se ha mantenido fiel, quizá por una mayor calidad de la programación, a pesar de haberse subido los precios de las entradas (5 euros las películas de sección oficial y 3 las del resto de ciclos, con bonos más baratos). Castiel también apuntó a que este año han pasado por taquilla entre el 70% y el 80% de los asistentes.

Soto reclama apoyo del consistorio para tener proyección internacional

En la presentación del balance de ayer, Grau defendió la nueva filosofía del certamen, con "una programación seria, rigurosa", y un modelo "coherente, aunque un poco más aburrido, con menos frivolidades". Por su parte, Castiel habló del rumbo a plantearse en el futuro para consolidar la Mostra, ya que "el cine mediterráneo es un corsé que limita el número de espectadores", y que "en otros festivales hay un abanico mucho mayor para seleccionar películas". No obstante, se mostró contento con el apoyo inicial de los patrocinadores y el de los medios, con 400 periodistas acreditados.

Mientras, el concejal socialista Juan Soto reclamó al Ayuntamiento un mayor apoyo para el nuevo rumbo del festival, que se ha despojado "de lo superfluo y lo contradictorio", sin artistas contratados "a golpe de talonario". Soto pide un festival con más proyección internacional y mayor presencia en la ciudad.