Sevilla ultima un plan para mitigar el impacto de las obras en el comercio

El Ayuntamiento de Sevilla propondrá hoy a los comerciantes y hosteleros la adopción de un plan para mitigar el efecto de las obras en sus negocios. La propuesta está basada en un estudio encargado por la delegación municipal de Urbanismo a un profesor de la Universidad de Sevilla, José Ignacio Castillo, titular del departamento de Teoría Económica y Economía Política. Castillo ya ha elaborado un primer borrador que hoy debatirán las dos partes y que supone la adquisición de una serie de compromisos, sobre todo por parte del Ayuntamiento, para mitigar los perjuicios económicos de las grandes obras.

El objetivo es que este plan se convierta en una especie de manual que, en principio, regirá en aquellas obras que vayan a durar más de seis meses o que por su intensidad puedan afectar al tejido económico de la zona. El Ayuntamiento ya ha enviado el texto a la confederación comercial de comercios y servicios de Sevilla (Aprocom) para que sus representantes puedan estudiarlo antes del encuentro de hoy.

El objetivo es que el documento sirva de manual para los trabajos más largos

El grueso del texto es un boceto de "hoja de ruta" que queda abierto para que lo termine de concretar un grupo de trabajo que se formará en las próximas semanas. El borrador establece ocho grandes propuestas. La primera insta a fijar las directrices y los plazos que deben regir el proceso de información pública sobre la obra. Según el nuevo plan, el Ayuntamiento tendrá que informar de este proceso a las asociaciones vecinales y a los empresarios. El autor del plan recomienda que se obligue a las constructoras que opten a una obra a presentar un documento de medidas correctoras para minimizar sus efectos sobre los negocios de la zona.

El borrador habla también de la creación de una nueva figura: la del interlocutor o mediador directo entre los comerciantes y la administración. Otra de las medidas de más calado es el compromiso de elaborar calendarios con las fechas críticas para acometer obras en función de la categoría de establecimientos más abundantes en la zona. El autor del documento pone como ejemplo evitar los trabajos en zonas comerciales en los periodos de rebajas. Para llevarlo a cabo, el Ayuntamiento distribuirá a los comerciantes y hosteleros un cuestionario para que concreten estas fechas.

También se intentará incentivar que los empresarios aprovechen las obras en su calle para hacer reformas en su establecimiento, para lo cual tendrán facilidades para obtener las licencias administrativas necesarias. La ejecución de las grandes obras públicas tendrá que ir acompañada de un documento que recoja todas las medidas provisionales mientras duren los trabajos (como los cambios de tráfico o las zonas reservadas a aparcamientos). El plan abre además la puerta a estudiar "medidas de apoyo al tejido económico" afectado por la obra y obliga a elaborar un mapa que recoja las calles cuyas obras deberán realizarse siguiendo las pautas de este nuevo documento.

La idea es que el plan definitivo esté listo a finales de enero, aunque antes las dos partes tendrán que establecer los umbrales mínimos (sobre todo de tiempo e importancia de los trabajos) que delimiten qué obras quedarán sujetas a estas directrices. Luego, el documento pasará por el pleno municipal y Urbanismo elegirá algunas obras que servirán como "experiencia piloto".