"Hoy nadie discute el mestizaje"

Javier Estrella lleva en esto más que nadie. Y, como director del Festival de Jazz de Madrid, confiesa haberlas visto de todos los colores: "En 26 años ha pasado por muchas fases, incluyendo los cuatro años en que no se convocó porque al Ayuntamiento de entonces no le interesaba. Aun así, el balance a lo largo es positivo. En 26 años de historia han pasado por Madrid los mejores músicos del momento, y ésa es la mejor forma de difundir el jazz".

Estrella (Bilbao, 1948) es el rostro que se esconde tras el cartel del XXVI Festival de Jazz de Madrid, que en estos días se reproduce con insistencia por las calles de nuestra ciudad: "La intención es conseguir que la ciudad vibre al ritmo del jazz. Sacar el jazz de los clubes y dar una oportunidad a todos para enamorarse de esta música. Y claro que hay crisis, pero también la hay para el Tour de Francia y para General Motors, así que nosotros no vamos a ser menos".

"Hay crisis, pero también la hay en el Tour, así que no vamos a ser menos"

Tierno Galván dotó al festival con un presupuesto de un millón de pesetas

Estrella recibe en su despacho de Címbalo Producciones situado en un piso bajo del centro de la ciudad. Tras él, los recuerdos fotografiados de una vida intensa, en la compañía de Miles Davis, Caetano Veloso, Chucho Valdés... "En los ochenta empezamos a programar conciertos en los que reuníamos a un grupo de músicos de jazz con otro de flamenco o de música latinoamericana y hubo muchos que no nos miraban bien; sin embargo, mira dónde ha terminado la historia. Hoy el mestizaje es una realidad que nadie discute. Esto es algo de lo que estoy muy orgulloso".

Un póster con la efigie de Las Madres del Cordero remite a tiempos pasados. Javier, melena al viento, es el primero, en la fila de abajo. A sus espaldas emerge el rostro de Moncho Alpuente, quien pasaba por ser el supuesto líder de la corrosiva formación músico-teatral. "Moncho fue el culpable de que dejara los estudios de ingeniería para venirme a Madrid a tocar la batería en Castañuela 70, el espectáculo de Las Madres..., que se estaba representando en el teatro de la Comedia. Justo el día en que llegué, la policía entró en el teatro y lo cerraron por desorden público. Fue, como el que dice, llegar y besar el santo". Tras Las Madres... llegaron Desde Santurce a Bilbao Blues Band, Tábano y el Aurora, templo de la modernidad madrileña en tiempos anteriores a la movida, "hasta que también lo cerraron y pasé a llevar la programación de la sala Olimpia, en lo que hoy es el Centro Dramático Nacional".

Con las primeras elecciones democráticas, Estrella pasó a dirigir el IV Festival de Jazz de Madrid: "De las tres anteriores ediciones nadie sabía nada, salvo que tuvieron lugar en algún momento, y eso es todo". El nuevo alcalde, Enrique Tierno Galván, dotó al evento con un presupuesto inicial de un millón de pesetas: "Todo era nuevo entonces, estrenábamos democracia y había avidez por conocer nuevas formas de expresión. Y el jazz era algo totalmente nuevo".

El festival vivió sus años de gloria en olor de multitudes; las que, jornada tras jornada, conseguían que se colgara el cartel de "No hay billetes" en las taquillas del Palacio de Deportes: "Hay que tener en cuenta que todavía vivían los grandes del género, como Dizzy Gillespie, Stan Getz, Miles Davis o Sarah Vaughan. Ésa es, posiblemente, la mayor diferencia entre el festival de entonces y el actual".

Desde hace 22 años, el día a día de Estrella está ligado al festival, a través de la Oficina de Coordinación Artística, dependiente del Ministerio de Cultura, primero, y de Címbalo Producciones, después: "Dirigir un festival, y más si es en tiempos de crisis, significa meses de muchísimo trabajo, conversaciones interminables, gente con la que negociar...". El resultado son 17 conciertos oficiales más otros 200 repartidos en los diferentes clubes de la ciudad, un ciclo de música y cine totalmente gratuito y los cuatro festivales dentro del festival (San Juan Evangelista, Ciudad Lineal, Fundación Progreso y Cultura y Teatro Lara). "Si una programación de esta envergadura es posible en un año como éste", apostilla su director, "es gracias a que hay empresarios, agencias, representantes, que suplen las carencias presupuestarias asumiendo el riesgo de apostar su dinero por los artistas. Sin ellos, nada de esto hubiera sido posible".