"No podemos dejar que sólo la derecha se ocupe de la eficiencia"
Joseph Heath no se corta a la hora de criticar. Este filósofo canadiense de izquierdas, que en su anterior libro (Rebelarse vende) atacó al negocio de la contracultura, se atreve ahora con los prejuicios contra el capitalismo. En Lucro Sucio (Taurus) pone encima de la mesa 12 falacias sobre el mercado. Seis son lugares comunes de la derecha. Las otras seis, de la izquierda. Todas, defiende, falsas. Ni la competencia es siempre buena ni es necesario un reparto de la riqueza. De momento, señala que no está recibiendo críticas tan duras como en anteriores trabajos. Pero no baja la guardia. Sospecha que es porque pocos han entendido el libro. La gente, dice, sabe poco de economía.
"La izquierda no habla de economía porque es incapaz de dar alternativas"
Pregunta. ¿Escribió este libro después de que estallara la crisis?
Respuesta. No. Mucho antes. Con la crisis cambié algo la presentación de ciertas ideas, pero no la sustancia. La izquierda piensa que el capitalismo está al borde de la desaparición y por eso hace tiempo que dejó de luchar. Con la crisis, me he limitado a insistir en la idea de que, aunque parezca lo contrario, nada de esto va a tumbar el sistema.
P. ¿La crisis es la prueba de que el capitalismo es imbatible?
R. Lo que claramente es imbatible es el mercado. Va a estar ahí porque es la mejor manera que hemos encontrado para coordinar la producción. El capitalismo de Suecia ha logrado más justicia social y económica que la que consiguió el comunismo soviético. El mercado y oferta-demanda están ahí incluso en intercambios ilegales como el de la droga.
P. ¿Y el papel del Estado?
R. Ahí la crisis sí ha tenido un efecto ideológico, especialmente en Estados Unidos, donde hay una derecha que cree que el Estado debería mantenerse al margen de todo. Y así es como se llega a las subprimes y a los delitos financieros. Por la falta de regulación. Se ha dado la razón a los convencidos en una mezcla equitativa de Estado y mercado.
P. Hace 40 años la izquierda utilizaba teorías económicas para llamar a la revolución. Hoy parece poco progresista hablar de economía. ¿Por qué?
R. En general, las personas de izquierdas no hablan de economía porque no les gusta el capitalismo, pero no son capaces de dar una alternativa. Cuando la Unión Soviética estaba ahí, no era un modelo ideal, pero era una alternativa. La izquierda debería aceptar que el mercado es la institución alrededor de la cual organizarse, y a partir de ahí investigar maneras para mejorar.P. En España, empresarios y sindicatos están enfrentados por una posible reforma laboral. ¿Puede un gobierno de izquierdas abaratar los despidos?
R. No conozco los detalles, pero no podemos olvidar que hay países socialistas con mercados laborales flexibles. En general, soy favorable a la flexibilidad. La izquierda no puede permitir que la derecha se apodere del concepto de eficiencia, porque eficiencia significa hacer el mejor uso posible de los recursos disponibles.
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