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Reportaje:

Perdidos sin Cristiano

El plan de Pellegrini en el Madrid se desvirtúa sin el extremo, lesionado hace un mes

Diego Torres

"No hay que hablar de los que no están", dijo Pepe. "Prefiero no hablar de los que no vinieron", se resistió Jorge Valdano. El sábado pasado, la expedición del Madrid entró y salió de El Molinón respetando los códigos de cortesía que rigen el fútbol. No hay que decir la verdad si de eso se desprende una ofensa. No hay que hablar de lo más doloroso. No hay que mencionar a Cristiano Ronaldo.

En El Molinón nadie lo dijo, pero todos recordaron a Cristiano y Suleimán Diawara. Diawara defendía la portería del Olympique de Marsella cuando clavó sus tacos sobre el tobillo de Cristiano en la segunda jornada de la Champions. Desde entonces, el portugués lleva tres semanas sin jugar y los efectos de su ausencia se perciben en todos los frentes del Madrid. En el área contraria y en el área de Casillas. En el Sánchez Pizjuán, en el Bernabéu y en El Molinón. Y, sobre todo, en la libreta del entrenador, Manuel Pellegrini.

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"Somos el equipo más goleador de Europa y en eso hay una intencionalidad", dijo Pellegrini hace una semana; "nuestro promedio de goles no es casual".

Considerando que en su plantilla figuraban Cristiano, Benzema, Higuaín y Kaká, el técnico chileno resolvió echar fuego a la gasolina. Asumió que el equipo tendería a partirse, pero alimentó la pegada de su tridente. En lo que va de temporada, el juego del Madrid no ha tenido continuidad, ni demasiada armonía ni suficiente toque. Bastaba con buscar de un modo u otro a los definidores para que los resultados llegasen a fuerza de golpes. Daba igual cómo empezaban las jugadas porque casi todas terminaban bien. Así, hasta que se empezaron a lesionar los goleadores. Cayó Cristiano, luego Higuaín y después Benzema. Sin ellos, el plan de Pellegrini es papel mojado. Con ellos, era incluso lógico.

Hasta que cayó lesionado Cristiano, el Madrid fue el equipo más goleador y rematador de la Liga. En las cinco primeras jornadas del campeonato, el promedio de remates a puerta del delantero fue de uno cada 13 minutos. La frecuencia le sitúa en una dimensión inaudita. Junto a Benzema (uno cada 25) y Kaká (uno cada 28), el extremo convirtió al Madrid en un pelotón de fusilamiento. El Madrid más pegador de los últimos 15 años.

En las últimas décadas no ha habido un caso parecido. Desde que se recogen estas estadísticas, en 1998, los cañoneros más activos del Madrid fueron Morientes y Raúl (un tiro cada 31 minutos entre 1999 y 2001), Ronaldo (uno cada 26 en 2006) e Higuaín (uno cada 25 en la temporada pasada). Rematar una vez cada 13 minutos resultó imposible hasta para Ronaldo Nazario. No lo es para Cristiano Ronaldo, cuyo impacto se percibe hasta hoy. La media de disparos del Madrid sigue siendo la más alta de los últimos 15 años: 19 por partido.

Desde 1998, el Madrid nunca contó con más de dos jugadores que tiraran a puerta una vez cada menos de media hora. Kaká, Benzema y Cristiano formaron un trío único.

La estadística de las primeras jornadas fue tan brutal que la depresión de los últimos días no ha impedido que la media de tiros siga siendo la más alta de los últimos tiempos. En El Molinón, el Madrid remató 13 veces contra la portería del Sporting. Sin sus dos cañoneros más activos, Benzema y Cristiano, ausentes por lesión, al equipo de Pellegrini se le acabaron las balas.

Las cosas sin Cristiano no funcionan igual para el Madrid ni en el ataque ni en la defensa. La noche que se lesionó el portugués, Casillas hizo una valoración de su trabajo bajo los palos. "Hemos mejorado tanto en la defensa que apenas he tenido situaciones de mano a mano esta temporada", dijo el portero mientras Cristiano se marchaba cojeando a su casa.

Desde entonces, Casillas ha sufrido más el atrevimiento de los rivales. En el Sánchez Pizjuán vivió bajo asedio. Contra el Valladolid volvió a quedarse mano a mano con los delanteros. El Milan le puso en un serio aprieto. En El Molinón no le exigieron tanto. "En la segunda mitad pasé inadvertido", comentó ayer. Sin embargo, Casillas sabe que, por este camino, el Madrid lo pasará mal. Le basta con repasar su estadística de intervenciones esta temporada: una parada cada 21 minutos. Nunca en toda su carrera ha tenido que sacar más balones que iban dentro. Mala señal. Señal recurrente desde que Diawara dejó fuera de juego a Cristiano Ronaldo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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