"Sigo siendo jugador"
El Madrid se enfrenta hoy al Alcorcón en los dieciseisavos de la Copa del Rey. Hace un año, también contra un segunda b (el Real Unión de Irún) y también en los dieciseisavos, Rubén de la Red (Móstoles, 25 años) se desmayó en pleno partido. Doce meses después sigue sin jugar, aunque continúa ligado al Madrid. El club le sometió a una serie de pruebas, pero todavía no tiene un diagnóstico definitivo. Se le ve muy flaco, tranquilo y, lejos de estar resignado, optimista. "No he vuelto a tener molestias", dice.
Pregunta. ¿Va mucho a Valdebebas?
Respuesta. No suelo venir mucho por aquí.
P. Aparte de la entrevista, ¿ha venido por algo especial?
R. Por ver y saludar a la gente. Más ahora, que son momentos difíciles. Me apetecía mostrar mi apoyo a los compañeros después de que se haya interrumpido la buena racha que llevaban. Se han perdido dos partidos y ya nos creemos que esto es una mierda.
"No sé qué tengo, ni qué pruebas me quedan por hacer. Eso me gustaría saber..."
"Sin mi hijo, Oliver, me habría tirado de los pelos más de una, dos y tres veces"
"Si no hubiese pasado lo de Puerta, no habrían dado tanta importancia a lo mío"
P. ¿Cuándo fue la última vez que se pasó por Valdebebas?
R. Hace muchísimo. Un día que me pidieron que diera una charla a los chicos de la cantera.
P. ¿No le han pedido repetir?
R. No.
P. ¿Cómo llena los días?
R. Llevo a Oliver [su hijo, de año y medio] al cole. Luego, siempre surge algún recado. Hasta que llega la tarde y vuelvo a buscar al niño. Paso mucho tiempo con él. Le cuido, vemos dibujos animados.
P. ¿No le gustaría estar con los chicos de la cantera?
R. Ayudar a los más pequeños sí me gustaría, pero ése no es mi deber ahora mismo.
P. ¿Y cuál es?
R. Estar tranquilo y solucionar el final del proceso en el que estoy.
P. ¿Está haciéndose más pruebas?
R. Desde el día de la charla [en julio] con Jorge Valdano y el comité de médicos, no he vuelto a hacerme pruebas. Ahora volveré a hacer algo para ver si podemos sacar más información.
P. ¿Se hizo la prueba genética?
R. Sí, pero no dio ninguna información. O sea, que todo bien.
P. ¿Hace ejercicio físico?
R. Los médicos del club me han recomendado que no haga nada de nada.
P. ¿Y cómo lo lleva?
R. Quizá sea lo más complicado, pero llevo mucho tiempo...
P. ¿Lo ha asimilado?
R. Tardas. Lo vas asimilando poco a poco. Pero, como yo tengo la esperanza de sacar más información, lo asimilo y a la vez sigo estando a la espera.
P. ¿Qué más echa de menos?
R. Venir por las mañanas, estar con mis compañeros, relacionarme, entrenarme, hacer ejercicio...
P. ¿Se puede vivir sin fútbol?
R. Sí, claro.
P. ¿Se ha acostumbrado a ello?
R. No, porque llevo toda la vida jugando. Pero supongo que es sólo cuestión de tiempo.
P. ¿Ha vuelto a ver las imágenes de Irún?
R. Sí. No me impactan demasiado. Es más el momento en el que lo vives, pero como siempre la gente se pone en lo peor... Como el otro día por ejemplo con el internacional francés que se cayó al suelo [Gomis]. Le pasó lo mismo que a mí, pero, como a los 10 minutos se levantó y siguió, no se le da importancia.
P. En julio, cuando se reunió con los médicos, ¿qué le dijeron, que era una cosa momentánea o que se fuera haciendo a la idea de que no volvería a jugar?
R. Esa reunión fue para comunicarme que, como no había datos concluyentes, no se me iba a hacer ficha y que estuviera a la espera por si había que recopilar más información.
P. Está sin ficha, pero con contrato hasta 2011. ¿Qué situación se perfila?
R. No lo sé. Ese día le dije al club que les iba a ayudar en todo lo posible y ellos me dijeron que necesitaban mi ficha para otro jugador y, como yo todavía no estaba apto, por así decirlo, pues estaba a su disposición.
P. ¿Se lo esperaba?
R. Más o menos, sí, porque tenía contacto diario con los médicos y me venían diciendo cosas.
P. ¿Eso de que no es su deber estar con los chicos de la cantera lo dice porque le cuesta acercarse al fútbol desde otra perspectiva?
R. Creo que todavía no es el momento. Yo sigo siendo jugador y mientras no dé el último paso seguiré siéndolo.
P. En el caso de que no pueda volver, ¿qué le gustaría hacer?
R. No lo sé. Estoy centrado en seguir sacando información para completar el diagnóstico.
P. El triatleta Gómez Noya, que tiene un problema cardiaco, quiere competir y ha firmado un papel en el que asume todas las responsabilidades si le pasa algo. ¿Estaría dispuesto a asumir ese riesgo y seguir jugando?
R. Pero es que Noya sí sabe lo que le pasa. Yo no tengo un diagnóstico.
P. ¿Qué queda por hacer?
R. No lo sé. Eso me gustaría saber. A mí y a muchos.
P. Acababa de ganar la Eurocopa y de encontrar su sitio en el Madrid. ¿No le entraron ganas de pegar puñetazos o de llorar?
R. Tanto como pegar puñetazos, no, pero sí me he preguntado muchas veces por qué.
P. ¿No había sufrido nunca antes un desmayo?
R. Nunca. Nunca me había pasado nada que me hiciese pensar que me iba a dar un síncope. Entonces es cuando te preguntas por qué... Pero, bueno, siempre digo que cada uno tiene que estar contento con lo que le sucede en la vida, aunque a veces no sea lo que tú quieras.
P. ¿Tener un hijo le ayuda?
R. Sí, porque tener un niño tan pequeño te consume mucho tiempo. A veces estás más pendiente de sus 24 horas que de lo que te puede pasar a ti. Ha sido fundamental. Sin él, sí que me habría tirado de los pelos más de una, dos y tres veces.
P. ¿Agradece que en el club le hayan dicho "¡para!" o se siente víctima del síndrome Puerta?
R. El caso de Puerta es totalmente diferente al mío. Se ha demostrado que yo no tengo lo mismo que él. Nunca se sabe... Si yo hubiese seguido, a lo mejor no me habría pasado nada y seguiría jugando. No tiene por qué ser el mismo caso. El diagnóstico es distinto. Tampoco es cuestión de seguir preguntándote cosas. Lo que sí creo es que, si no hubiese pasado lo de Puerta, tampoco se habría dado tanta importancia a lo mío.
P. ¿Seguro?
R. Seguro. Pruebas sí que me habrían hecho, porque es una anomalía que no tiene por qué suceder, pero hay muchas personas que sufren síncopes y no pasa nada. Lo importante es saber el origen.
P. En diciembre, el club sacó un parte médico diciendo que sufría un trastorno de la repolarización. ¿Ése sigue siendo el diagnóstico?
R. Es que ya no me acuerdo. En diciembre me hicieron unas pruebas y no se vio nada. Estaba todo normal, como antes del síncope, y por precaución prefirieron esperar otros tres meses para luego repetir las pruebas.
P. ¿Dejó de ver fútbol en algún momento?
R. No. Al principio estaba cada dos por tres en el hospital. Luego, venía mucho a Valdebebas, pero, como veía que no podía hacer nada, decidí que era mejor quedarme en casa. Voy a todos los partidos del Bernabéu.
P. ¿Cómo se ve el fútbol desde la grada?
R. Oyes a la gente hablar y ves que no se da cuenta de lo que es estar ahí abajo. No entienden cómo se ha podido fallar un control... O no han jugado al fútbol en su vida o no se ponen en la piel del jugador. Se critica más de lo que se debería.
P. En estos doce meses, ¿a quién ha visto progresar más?
R. A Higuaín. Y a Raúl, que nunca se estanca y siempre va tirando del equipo.
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