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La batalla por el control de Caja Madrid

"No debemos aceptar a gente de dudosa honorabilidad como González"

Malestar en el PSOE madrileño ante un apoyo al vicepresidente autonómico

Francisco Granados, número tres del Gobierno de Esperanza Aguirre, lleva algunos días jugueteando con la idea de que existe un pacto estable del Ejecutivo regional con la izquierda y los sindicatos para situar al frente de Caja Madrid a Ignacio González, vicepresidente autonómico.

Los portavoces del socialismo madrileño se han limitado a contar que no hay vetos previos a nadie, sin aclarar si eso significa que, en función del pacto alcanzado en verano con el PP sobre la estabilidad de Caja Madrid (que incluía reparto de puestos en el consejo de administración de la entidad financiera y en otros órganos), aceptarán cualquier nombre que proponga como presidente el Gobierno regional.

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Por esa razón, en la reunión del grupo parlamentario de la Asamblea de Madrid el pasado jueves, previa al pleno, se levantaron algunos brazos para manifestar su desazón y malestar ante la posibilidad de que los socialistas avalen a González como presidente de Caja Madrid.

Yolanda Villavicencio, una de las diputadas que entró en las últimas elecciones, preguntó en voz alta, tras recordar las cosas que contaban los medios sobre un supuesto apoyo del PSOE a Ignacio González, qué estaba pasando con ese asunto. Le siguió Francisco Contreras, quien opinó que no se podía mezclar el nombre del PSOE con el de González y preguntó si iban a tener que votarle en una lista única a la Asamblea General de Caja Madrid.

César Giner, otro parlamentario, lamentó que se estuviera dando la imagen de un enfrentamiento con la dirección nacional del PSOE, dado que se apoyaba supuestamente a González, cuando Ferraz le veta por su falta de cualificación profesional para dirigir una entidad financiera. Giner defendió la intervención de Ferraz en función del peso de la Caja en el mercado financiero español y las posibles fusiones y opinó que no habría problemas en situar al frente de Caja Madrid a un político, si bien éste debería tener cierta acreditación profesional en el mundo financiero.

Maru Menéndez, portavoz del grupo socialista, intentó frenar la inquietud de sus diputados y aseguró que no habían pactado ningún nombre con el PP para dirigir Caja Madrid, sino que sólo habían acordado el reparto de los puestos que les correspondían y aspectos de funcionamiento de la entidad para garantizar su estabilidad. Además, Menéndez recordó que la elección del presidente de Caja Madrid no corresponde a la Cámara regional, sino que tan solo elegían a miembros de la Asamblea General quienes, después y junto a otros nombrados por otras instituciones, elegían al consejo de administración. Y que era este órgano el que nombraba presidente.

Ese mensaje tranquilizó a muchos, pero la intervención del portavoz adjunto, José Manuel Franco, que pidió respetar los acuerdos alcanzados con el PP para dar estabilidad a la entidad bancaria y restó importancia a los nombres que propusiesen los dirigentes populares, desató un nuevo debate. Modesto Nolla, veterano diputado, agradeció las explicaciones de la portavoz, las consideró convincentes, y explicó que en el Parlamento regional es inevitable que fuese una lista única ya que se trata de la suma de las propuestas que corresponden por derecho a los grupos parlamentarios en virtud de la representación obtenida en las últimas elecciones.

Entonces habló Ruth Porta para recordar que en 2003, el PSOE aprobó por asentimiento todos los nombres en la Asamblea de Madrid y, posteriormente, presentó una lista diferenciada de candidatos al Consejo de Administración. En ese órgano, el PSOE no votó la propuesta de Presidente (Miguel Blesa) y se negó a entrar en la Ejecutiva de Consejo de Administración por la presencia en la misma de Ricardo Romero de Tejada, el dirigente del PP al que acusaban de corrupción. Con el debate casi agotado, Mercedes Lezcano, viuda de Adolfo Marsillach, una de las nuevas diputadas del PSOE en esta legislatura, habló más alto y claro: "Convendría que se diga que nos vamos a apartar de ese señor. Nadie va a aceptar que vayamos con gente de dudosa honorabilidad". Alguien, a sus espaldas, lanzó: "Quieres decir chorizos". Maru Menéndez cerró el debate pidiendo "confianza máxima en la Ejecutiva regional".

Otros diputados socialistas critican abiertamente la postura de su dirección en Caja Madrid, pero ayer explicaron que eludieron pronunciarse en el seno del grupo para no posicionarse con el sector crítico a su secretario general, Tomás Gómez. El malestar se ha extendido también al Ayuntamiento de Madrid y a otros ámbitos institucionales, sólo que hasta ahora no ha habido reuniones internas para hacerlo patente. Los socialistas madrileños celebran hoy una convención donde puede profundizarse en ese debate interno. El PSOE ha puesto bajo sospecha a González en el último periodo de sesiones de la Asamblea de Madrid. Ha dicho, entre otras cosas, lo siguiente: "Ha mentido, ocultado información y despreciado la legalidad. Las leyes son para el resto de ciudadanos, no para él".

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