El pacto presupuestario PSE-PP deja a salvo el gasto social y la investigación
"Seguimos peleando las cuantías euro a euro", afirma Iñaki Oyarzabal
Las delegaciones del PSE-EE y del PP se reunieron ayer en el Parlamento con la presencia del consejero de Economía y Hacienda, Carlos Aguirre, para escenificar el casi cierre de la negociación presupuestaria. Iñaki Oyarzabal, Antón Damborenea, Leopoldo Barreda, Javier Maroto, Laura Garrido y Borja Semper fueron los representantes del PP, mientras al otro lado de la mesa se sentaron Rodolfo Ares, José Antonio Pastor, Txarli Prieto y Cristina González.
"Hemos alcanzado un principio de acuerdo que garantiza las cuentas para 2010", anunció el portavoz socialista, José Antonio Pastor. "Estamos en plena negociación, y va por buen camino, pero vamos a seguir peleando las partidas euro a euro", dijo por su parte el popular Iñaki Oyarzabal, para cuyo grupo no son sólo importantes "los conceptos", en los que ya hay acuerdo, sino "las cuantías". Para cerrarlas seguirán trabajando miembros de las dos formaciones durante el fin de semana.
El PSE ve "muy posible" facilitar las cuentas al PNV en las diputaciones
Ambas partes destacaron la filosofía general de contención de gasto que guía el acuerdo, que se cifrará en un 10%. El esfuerzo inversor se elevará, ligado, por un lado, al mantenimiento del tejido productivo y la I+D+i, y por otro, al gasto social. Los departamentos correspondientes serán así los únicos que se librarán, en esas áreas de su competencia, de los recortes presupuestarios que afectarán a todas las demás.
"Estamos ante un presupuesto de carácter excepcional por las circunstancias de la crisis y la bajada de la recaudación", señaló Pastor. En lo relativo al adelgazamiento de la Administración, marcará una pauta de futuro. La "racionalización" de una Administración pública que los socialistas han encontrado "sobredimensionada" será una constante también en los años siguientes, anunció.
El portavoz socialista destacó que la garantía de aprobación de los presupuestos "echa por tierra" los vaticinios de precariedad, debilidad y corta vida del nuevo Gobierno que realizados los nacionalistas en el inicio del cambio. El amplio respaldo a las cuentas del año próximo deja ver, en su opinión, "un horizonte de estabilidad que no existía en anteriores legislaturas". "Es el primer síntoma de salud, el paso más trascendente para un Gobierno nuevo", valoró Pastor.
Oyarzabal, por su parte, admitió lo "complicado del momento, en un año en el que el Gobierno no tiene una abundancia de recursos". El PP espera ver reflejadas sus aspiraciones en materia sanitaria, de infraestructuras y educativas. Entre estas últimas, Oyarzabal se refirió ayer a la equiparación de los conciertos educativos, para que los centros que enseñan en castellano gocen de la misma financiación que los demás, dijo. El PP, que ha forzado al Gobierno a entrar en la financiación del nuevo San Mamés, a la que el PSE se resistía, quiere también idéntico trato para las necesidades del estadio de Anoeta y para el pabellón Buesa Arena de Vitoria, dijo Oyarzabal.
Respecto de las conversaciones paralelas de los socialistas con el PNV para facilitar la aprobación de las cuentas de las tres diputaciones, que este partido rige en minoría, Pastor no habló de acuerdo o pacto, sino de "compromiso político". El que ya ejercitó el PSE-EE el año pasado para que ninguna institución se quedara sin presupuestos, recordó. Lo consideró "muy posible", lo mismo que su extensión a los ayuntamientos, después de que las reuniones del Órgano de Coordinación Tributaria y del Consejo Vasco de Finanzas hayan creado "un cierto clima de confianza" sobre la recaudación, la contención salarial en la función pública o el abordaje de la sostenibilidad del sistema de protección social.
Ese clima resulta apropiado también para que el PNV corresponda con un voto favorable, o al menos la abstención, al proyecto de ley de presupuestos del Gobierno, pese a que sus votos no sean necesarios para aprobarlo, resaltó.
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