El maquinista frenó sólo dos segundos antes de estrellarse contra el muro
La investigación apunta al "factor humano" como causa del siniestro mortal
El maquinista de Euskotren que falleció el pasado día 8 al chocar en la estación de Lezama la unidad que conducía contra un muro que hace de tope entró en la parada circulando a 47 km/h y sólo accionó el freno a 20 metros del impacto. El operador ferroviario vasco ha descartado cualquier fallo técnico y, aunque la investigación sigue abierta, se plantea la posibilidad de que el trabajador, José María Colio, "fuese víctima de un problema físico o de salud repentino e inesperado", afirmó ayer el consejero de Transportes, Iñaki Arriola.
El titular del departamento presentó en la Cámara un informe sobre los tres últimos recorridos del convoy, el primero de ellos realizado por una maquinista y los dos siguientes, a cargo del fallecido. El recorrido siguió en todos ellos las pautas de velocidad normales hasta 300 metros antes de llegar a la estación de Lezama. En los dos viajes anteriores, el maquinista empezó a frenar cuando iba a velocidades de entre 30 y 35 km/h para detenerse con normalidad en Lezama. Sin embargo, en el trayecto del siniestro se registra "una anormalidad": existe una aceleración hasta los 47 km/h, que puede explicarse inicialmente por la existencia en el lugar de una pequeña pendiente, pero, por causas desconocidas, el tren mantuvo esa velocidad hasta que entró en el andén. Apenas a 20 metros del muro y a falta de sólo dos segundos para el impacto, el maquinista accionó el freno de emergencia, dato comprobado porque en esos casos se suelta arena para facilitar la frenada. El choque se produjo a 44,6 km/h, precisa el informe de Euskotren.
"A fecha de hoy no es posible asegurar la causa exacta por la que ocurrió el accidente", explicó el consejero. El informe, que recalca el "correcto funcionamiento de los elementos de seguridad", apunta que la causa debe estar asociada "al factor humano". La autopsia no reveló que el maquinista padeciese ninguna enfermedad o dolencia. Ahora se están investigando los tejidos del cadáver para ver si aportan algún dato. Arriola destacó la experiencia del profesional fallecido, quien llevaba 34 años trabajando en Euskotren.
Además del accidente, buena parte de la comparecencia del consejero se centró en el paro salvaje realizado por los trabajadores de Euskotren al día siguiente del siniestro, que dejó sin los diferentes servicios de Euskotren a más de 100.000 ciudadanos en toda Euskadi. Arriola anunció que se abrirán expedientes a los miembros del comité de empresa por una protesta que calificó de "barbaridad". La medida disciplinaria afecta los 12 miembros del comité, aunque los de UGT y un sindicato independiente se opusieron al paro, y no se resolverá antes de dos meses.
El consejero precisó que durante dos horas directivos de Euskotren intentaron convencer al comité para que reconsiderase su actitud "a sabiendas de que era ilegal" el paro. Arriola defendió la actuación de su departamento. "Cada uno estuvo en su sitio". La oposición le reprochó la falta de respuesta. "Tienen más culpa de no prestar el servicio que el propio comité", manifestó el peneuvista Juan Antonio Arieta-Araunabeña.
Puerto de Mutriku
Transportes anunció en la comisión su solución para el conflicto del puerto de Mutriku. Ha optado por una vía intermedia frente a su idea inicial de dejar las obras como están. Los 290 metros de dique construidos, que han costado 27 millones, se ampliarán hasta los 434 del proyecto original. El coste será menor: en vez de 14 millones ascenderá a ocho, pues esta parte será más baja. Su construcción se retrasará a los ejercicios de 2011 y 2012. "Estamos cerca de un pacto social", dijo Arriola.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.