Waterloo del Barça en el Insular

La demoledora estadística, con cinco derrotas en sus últimas cinco visitas ligueras, no alcanza para explicar los motivos por los que el Barça se encoge tanto en el Centro Insular de Deportes. Esta vez parecía más remota que nunca la posibilidad de que el Gran Canaria aumentara su particular palmarés de matagigantes. El equipo de Xavi Pascual, reforzado hasta los dientes este verano, no había perdido ni en los amistosos y en la reciente Supercopa, disputada precisamente en Las Palmas, se había merendado al cuadro canario por 51-74. Sin embargo, volvió a derrumbarse con estrépito. Es cierto que dispuso de un último lanzamiento para ganar, pero tan a la desesperada que Navarro, como casi siempre su jugador más resolutivo, falló esta vez el triple.

El entrenador del Barça, Xavi Pascual, aduce: "No jugamos a nuestro nivel. Pagamos una mala entrada en el partido, sin solidez defensiva. El Gran Canaria estuvo más metido, fue con más fuerza y tuvo el mérito de coger más rebotes". Algún argumento parece de perogrullo, pero es cierto que, si bajo tu aro concedes 14 rebotes y en el ataque, tiros libres al margen, sólo eres capaz de anotar 20 canastas en 59 lanzamientos, con un paupérrimo 33% de acierto, ganar es misión casi imposible.

Pascual está trabajando especialmente en los aspectos defensivos de un equipo en el que el talento ofensivo se da por descontado. Pero quedó en evidencia que un buen trabajo defensivo como el que efectuó el equipo canario, básicamente con siete norteamericanos -Moran, Carroll, Augustine, McDonald, Fisher, Norris y Sanders-, además del senegalés Savané y del joven base madrileño Bellas, puede abocar al desastre al Barça. No le bastó la puntería de Navarro y Mickeal y también de Lorbek pese a que estuvo por debajo de lo habitual. La baja de Lakovic y los apenas tres minutos que pudo estar en la pista Basile no son excusa para un equipo con cinco jugadores más por debajo de los cuatro puntos: Vázquez, Ndong, Morris, Grimau y Sada. Muy poca cosa para un transatlántico que se quedó en 65 puntos y en el que Pascual echó en falta un mejor rendimiento defensivo.

El Real Madrid de Ettore Messina va afinándose, aunque no sin dificultades. El miércoles le costó un mundo deshacerse del Lagun Aro (71-67) y el sábado venció en Málaga tras una prórroga (79-81). La victoria sobre Unicaja es de las que robustecen la confianza en el recién iniciado proyecto, máxime cuando Reyes y Van den Spiegel siguen lesionados. El Baskonia, comandado por Ribas y Splitter, arrolló en Alicante y el Fuenlabrada y el DKV Joventut, que el sábado visita el Palau Blaugrana, continúan sorprendiendo al contar por victorias todos sus partidos.