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Reportaje:Gran Premio de Brasil

Una relación muy íntima

Alonso descubrió Italia a los 13 años con los 'karts' y ahora vuelve como piloto de Ferrari

El primer contacto de Fernando Alonso con Italia se produjo cuando tenía 13 años. Fue una explosión. No es que los tifosi se volcaran con él, pero Italia era la cuna del karting y la llegada de un español no despertó ningún interés especial hasta que se subió a su kart en Parma y marcó el mejor tiempo en la clasificación. "No estaban acostumbrados a eso", recuerda Genís Marcó, el hombre que más le ayudó en esta etapa de su vida y que viajó a Italia como patrocinador, mecánico y amigo. "Los españoles nunca habían destacado. Pero se dieron cuenta de su talento y le ayudaron". En enero de 2010 volverá a Italia como bicampeón mundial de F-1 (2005 y 2006, con Renault) para pilotar un Ferrari y convertido ya en un ídolo.

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"La primera carrera que hicimos juntos con Alonso fue en Mora d'Ebre", recuerda Marcó; "tenía 12 años. No conocía el circuito, ni el kart ni a nuestro equipo, pero lo ganó todo ante gente tres años mayor. Poco después quedó segundo en el Campeonato de España". Bastó aquella carrera para que todos acordaran que debían intentar la aventura italiana. No había otra alternativa. Si Alonso quería evolucionar, sólo podía hacerlo en Italia porque allí se competía con los mejores pilotos del mundo y había ojeadores de las grandes marcas.

Alonso llegó con 13 años y compitió en Italia hasta los 17, cuando Adrián Campos le subió a un fórmula nissan en 1999. "Era muy tímido. Sentía vergüenza cuando no comprendía lo que le decían los mecánicos o la gente de su entorno", prosigue Marcó; "los dos nos propusimos aprender italiano. Y lo hicimos rápido. Manteníamos un contacto directo con aquella gente y, al final, acabaron convirtiéndose en nuestra familia". Alonso viajaba algunas veces con su padre, pero la mayoría se desplazaba a Barcelona y allí cogían el coche con Marcó y afrontaban los 1.000 kilómetros hasta Milán: "El diálogo era monosílabico. Respondía sí o no a mis preguntas. Podía pasarse el viaje durmiendo. Después se fue abriendo y desarrollando un sentido del humor muy especial, que sigue manteniendo. No entiendo a la gente que dice que es antipático. Deberían conocerle".

Lo que más gustaba de Alonso era la facilidad que tenía para descubrir los fallos del kart y aconsejar las soluciones. A diferencia de muchos otros pilotos, era capaz de adaptarse a los problemas que le planteaba su vehículo, cuando surgían fallos mecánicos, para seguir sacándole el mejor rendimiento posible. "En Gante ganó el Campeonato del Mundo en 1994 y en 1995 disputó allí el de Europa. En los entrenamientos y en la prefinal, Fernando fue el mejor. Arrasaba", recuerda Marcó; "me va a matar por contar esto, pero en la carrera sufrió una salida de la pista cuando iba primero y se quedó allí clavado. El kart había tocado al suelo y se rompió la cadena. Cuando llegó al box, justificó su salida diciendo que se le había salido la cadena. A partir de entonces, cuando algo iba mal, nos reíamos y decíamos: 'Sí, la cadena...".

El contacto con los italianos fue fructífero. Alonso les gustaba y le tendieron la mano. Pero el peso económico lo llevaba fundamentalmente Marcó. Hasta que en 1995 IAME, la marca más prestigiosa de karts, le hizo un contrato. Alonso cobró por primera vez en su vida. "Unas 70.000 pesetas (450 euros). Pero los viajes seguían corriendo a nuestro cargo", aclara Marcó.

El padre de Alonso, José Luis, dice que su hijo se identificó con los italianos desde el primer momento: "Le fue fácil aprender italiano. Se pasaba más tiempo allí que en casa y siempre gozó del respeto de los pilotos, del público y de los técnicos. Algunas veces Fernando y Genís se quedaban solos y seguían hablando en italiano, hasta que se daban cuenta".

Con IAME y Marcó, Alonso lo ganó todo. Fue campeón de España y de Italia (1997), campeón mundial júnior (1996), ganó el trofeo de la Industria en Parma (1998) y a los 17 años se subió al monoplaza que le ofreció Campos para competir en la Fórmula Nissan. Su carrera fue entonces meteórica. Ganó aquel campeonato, corrió en F-3000 en 2000 y en 2001 debutó con Minardi en la F-1. En 2005 y 2006 ganó sus dos títulos mundiales. Pasó por McLaren-Mercedes en 2007 y el mes pasado Ferrari anunció su fichaje por tres años a partir de 2010. Será el segundo viaje de Alonso a Italia. Pero esta vez llega para quedarse, para triunfar en Maranello.

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