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Un muerto y un herido grave en una reyerta a cuchilladas

Elena G. Sevillano

La pelea empezó sobre las ocho de la mañana de ayer en un bar de la plaza de Antón Martín, en la esquina de las calles de Magdalena y Santa Isabel, por motivos que aún no están claros. Varios hombres salieron a la calle y se enzarzaron. A uno, marroquí de unos 30 años, lo apuñalaron dos veces, en el abdomen y en el pecho. Consiguió volver al bar a refugiarse. Allí lo encontró y lo atendió el Samur. Ingresó muy grave en el Gregorio Marañón.

Otro, también marroquí, salió corriendo por la calle de Santa Isabel, pero también lo alcanzaron. Debió de recibir la puñalada -la única, en el corazón- a la altura del número 12, porque allí empezaba el rastro de sangre que horas después aún se veía sobre la calzada y la acera. Pudo avanzar unos metros más, hasta cruzar la calle y desplomarse justo delante del cine Doré. Cuando llegó el Samur su corazón no latía.

Un equipo de emergencias levantó una carpa allí mismo y puso en marcha una técnica de reanimación que nunca antes se había usado en Madrid. "Consiste en abrir el tórax por el esternón con una sierra eléctrica y colocar unos separadores para abrir el campo y tener acceso a la zona cardiaca", explicaba apenas dos horas después Isabel Casado, la médica que dirigió la maniobra. "Taponamos la herida, al principio con el dedo, y luego iniciamos un masaje interno hasta conseguir latidos". En las imágenes grabadas por el Samur se ve cómo Casado masajea el corazón hasta que empieza a latir. Una UVI móvil trasladó al herido al hospital Clínico, donde finalmente falleció a causa de la gran cantidad de sangre que había perdido.

La policía detuvo a dos hombres, Andrei Antonio C. C., chileno, de 18 años, y Lian P. L., marroquí, de 38, a los pocos minutos de producirse la agresión. Unas horas más tarde la Jefatura Superior informó de otra detención, pero no precisó nacionalidad. A última hora de ayer seguía sin conocerse el móvil, aunque una portavoz policial explicó que se trabaja con varias hipótesis: desde un asunto de drogas hasta una simple pelea provocada por el consumo de alcohol o drogas.

En el bar Tres, donde empezó la reyerta, nadie quería comentar lo sucedido. El camarero que la presenció estaba en comisaría declarando. La encargada relató que el apuñalamiento se había producido fuera y que el herido volvió a entrar en el bar a pedir ayuda. Su agresor intentó ir tras él, pero se quedó en la puerta. La Policía Científica tomaba huellas en el cristal.

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Sobre la firma

Elena G. Sevillano
Es corresponsal de EL PAÍS en Alemania. Antes se ocupó de la información judicial y económica y formó parte del equipo de Investigación. Como especialista en sanidad, siguió la crisis del coronavirus y coescribió el libro Estado de Alarma (Península, 2020). Es licenciada en Traducción y en Periodismo por la UPF y máster de Periodismo UAM/El País.

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