"En su día compramos un Mercedes con el sueldo mínimo"
El hacedor del Superdepor de la Liga y las dos Copas, el equipo que desafió en los noventa al Barça y al Madrid, admite el grave problema económico del club y proclama sus retos: seguir en Primera y sanear las cuentas
Camino de los 65 años, Augusto Joaquín César Lendoiro (Corcubión, A Coruña; 1945) no piensa en la jubilación. Al contrario, el presidente más veterano de Primera traza planes a nueve años vista y se ilusiona con llegar al medio siglo al frente del Deportivo. Tocó el cielo con él: le rescató tras casi 20 años en Segunda División para ganar una Liga (2000), dos Copas del Rey (1995 y 2002) y pasearse por Europa. Lo hizo a costa de generar una deuda de cerca de 160 millones. "Que nadie lo dude: si no nos hubiésemos endeudado, no habríamos sido campeones", dice. Y apunta: "Tras casi 50 años, tendría que ser muy bruto para no saber de qué va esto".
Pregunta. Después de usted, ¿quedará tierra quemada?
"Ni Atlético, Villarreal, ni Valencia compiten con Barça y Madrid como antes nosotros"
Respuesta. No debería. Pero va a ser casi imposible volver a las épocas que vivimos. Hay dos situaciones claras en el devenir de los clubes de ciudades como A Coruña. Una es tener la mala suerte de descender. Es el hundimiento del Titanic. Otra es dejar la Champions. Supone no ingresar 30 o 35 millones de euros y tener obligaciones para las que contabas con ese presupuesto. Si eso se adereza con la ausencia de apoyos institucionales, tenemos la receta exacta. Hay una deuda, pero tratamos de recomponernos y llevar al Deportivo a un presupuesto de unos 40 millones sin bajar en calidad.
P. Con el único objetivo de salvarse del descenso.
R. También podemos tener ilusiones. Lo que ocurrió es que en su día compramos un Mercedes con el sueldo mínimo.
P. Si el club desaparece por la deuda, ¿habrá merecido la pena?
R. No me puedo plantear esa posibilidad. Tenemos que pelear por la viabilidad del club y para eso luchamos por el Mundial de 2018 y un nuevo estadio. Me inicié en el fútbol de base y creo que, volviendo a los orígenes, podemos llegar a un muy buen nivel. Mi gran equivocación fue no haber vendido jugadores cuando pude, pero la ilusión era ganar títulos. Ahora sé que tengo que buscar soluciones a problemas derivados de ese objetivo, pero como cantan los Riazor Blues: "Cómo me voy a olvidar que el Deportivo ganó la Liga si es lo mejor que me pasó en la vida".
P. ¿Cuál es la situación económica del club?
R. Muy complicada. Pero controlada. Hay que reducir la deuda y bajar el presupuesto entre un 5% y un 10% anual tres años. Otro planteamiento es que llegue alguien y fije otros objetivos aportando económicamente lo que vale el club. Lo pudieron hacer los pequeños accionistas, pero aquí decimos que el club es de todos y luego nadie aporta.
P. ¿Tendría ese supuesto inversor que contar con Lendoiro?
R. No. Pero no es tan fácil encontrar gente que quiera invertir en el futbol. Lo ideal es que fuese alguien de confianza, vinculado a la ciudad o a Galicia.
P. ¿Sería posible hoy algo igual al Superdepor?
R. Sería posible si el Barça y el Madrid fuesen como en aquella época, pero ahora tienen 500 millones de presupuesto. Lo podría hacer un equipo que no arrastrase un déficit heredado.
P. Se le ha criticado por el modelo de club, un tanto arcaico. Hace casi un año que se jubiló la gerente y no tiene sustituto...
R. Sus labores las asumo yo. Para eso cobro. Miguel Ángel Gil me dice que soy un tres en uno: presidente, director general y secretario técnico. Tengo un sueldo e intento hacer de todo. Con tiempo, iremos planificando, pero tampoco hay que caer en lo que decía Arsenio cuando volvió del Madrid, que allí había jefe de balones y de conos. Sé lo que necesita un club. Es una empresa con 25 trabajadores que representan el 80% del presupuesto.
P. Usted también se lleva una buena parte. Ser presidente profesional no ha sido mal negocio.
R. Yo no lo entendería como un negocio. En el fútbol lo mismo estás un mes que 20 años. Yo estuve 40 años sin cobrar de ninguna actividad deportiva.
P. ¿Es difícil mantener la ilusión de los aficionados?
R. Sin duda. Piensen que en A Coruña llegó a no celebrarse ser subcampeones de Liga.
P. Hay gente que aún espera que saque un Bebeto o un Rivaldo de la chistera.
R. Hay que ser conscientes de que ni el Atlético, el Villarreal o el Valencia pueden competir con el Barça y el Madrid como la hacíamos nosotros. El único es el Sevilla.
P. ¿Es bueno el regreso de Florentino Pérez?
R. Para el fútbol español, seguro. Para el Madrid no lo sé. Le tengo mucho aprecio y con él va a haber una dotación importantísima para fichajes. Los que marcan las pautas de las grandes ligas son los grandes jugadores.
P. Elija un futbolista de los que ha tenido.
R. Valerón, sin duda. Cuando estaba en la cúspide, nunca pidió un duro; cuando le ofrecimos una renovación, le parecía exagerada. Ahora que empieza a perfilarse el final, se ofrece para ser hombre de club. Dije que no lo cambiaba por Zidane y lo mantengo.
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