La crisis de Alfageme se agrava y la plantilla amenaza con huelga
La conservera retrasa y fracciona el pago de las nóminas
La sombra de la deslocalización planea sobre la conserva gallega que toma posiciones en países del Este y de Suramérica. La desconfianza de los trabajadores se tradujo ayer en un paro de 15 minutos, entre las 10.45 y las 11.00 horas de la mañana, cuando los empleados de Alfageme cortaron el tráfico en la calle Tomás Alonso, frente a la fábrica que la compañía gestiona en Vigo.
El representante sindical José Carlos García, de UGT, explicó que este paro es el primer paso de cara a una posible convocatoria de huelga. De momento, han rechazado el plan de viabilidad presentado por la firma -que pasa por el cierre de la planta de Vigo y su traslado a Vilaxoán- y se ha retrasado el pago de las nóminas de septiembre, que la compañía anunció que fraccionará en dos partes a lo largo de octubre. Sin embargo, se está elaborando ya una denuncia que los afectados, unas 350 personas, presentarán de forma individual o colectiva.
La empresa recibió 44 millones de euros en avales de la Xunta
Desde el comité de empresa denuncian que Alfageme recibió 44 millones en avales de la Administración autonómica que "no han revertido" en las plantas. Precisamente hay previsto para hoy, a las 11.30 horas, un encuentro en Santiago con representantes de la Consellería de Traballo, con el fin de acercar posturas y arrojar un poco de luz sobre el futuro de la compañía. En todo caso, desde los sindicatos avisan: "Si esto no se arregla, habrá huelga". Un paro que afectaría a los cuatro centros que la empresa gestiona en Galicia, ubicados en los municipios de Vigo, Ribadumia, O Grove y Vilaxoán.
Xosé Fernández Piñeiro, representante de la CIG en el ramo de alimentación, vaticina que la empresa presentará concurso de acreedores si no se produce un cambio en la directiva y el equipo gestor de la compañía, según informa Europa Press.
Fuentes sindicales aseguran que el sector de la conserva presenta una pérdida progresiva de empleos en territorio gallego derivado también de un recorte en la producción y el auge de las marcas blancas. Con este panorama las trabajadoras fijas-discontinuas "están en casa" mientras las factorías tiran, en buena parte, de la plantilla fija.
Una situación a la que se suma la rebaja de aranceles para los productos derivados del atún procedentes de Papúa-Nueva Guinea, recientemente anunciada por la Unión Europea. Esta coyuntura, calificada de desastrosa por el propio sector que vaticinó el cierre de conserveras y la pérdida de miles de empleos en Galicia, fue suavizada por el director de Políticas Pesqueras de la Unión Europea, César Debén, que explicó que se trata de una decisión meditada a la que podrá adaptarse la industria española sin mayores consecuencias.
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