Cuatro grandes opciones para ser rector (o rectora)
Los primeros candidatos a dirigir la mayor universidad abren la carrera
La carrera está en marcha y los movimientos para ser rector o rectora de la Universitat de València empiezan a hacerse a cara descubierta. Las elecciones se convocarán en diciembre y se celebrarán a finales de febrero o primeros de marzo. Queda tiempo, pero no tanto, y a estas horas ya es posible observar tres grandes tendencias.
La primera en presentarse con nombres y apellidos está a su vez subdivida en dos: la encarnan los catedráticos Vicent Soler y María Antonia García Benau y su postulación simultánea hace un par de días va a dar que hablar. Ambos juegan la baza del campus de Tarongers, donde muchos consideran que les ha llegado el turno de dar un rector (desde la Transición ha habido dos de Burjassot y uno de Blasco Ibáñez). Ambos comparten facultad, Economía, y prácticamente pasillo. Y a ambos, al primero por razones obvias (tiene carné y ha ocupado cargos públicos) y a la segunda de forma más genérica, se les atribuyen buenas relaciones con el partido socialista.
El alto número de alternativas hace pensar en una segunda vuelta
García Benau representa, además, la variable de género. "Después de 500 años estaría bien tener una rectora", dijo un profesor durante la asamblea de personal de Tarongers celebrada el miércoles en el aula 101 de la Facultad de Economía.
El siguiente gran movimiento fue el primero en arrancar, en junio, pero todavía no tiene nombres confirmados. Su plan consiste en generar un candidato a través de la participación y del consenso. Se ha articulado a través de asambleas, de un blog (http://eleccions2010.wordpress.com), y de cinco comisiones de trabajo que abarcan las grandes áreas universitarias.
Se inspira en la corriente mayoritaria que ha gobernado, con matices, la universidad desde la llegada de la democracia, lo que en su momento se llamó el Bloc. El actual movimiento quiere trascender, sin embargo, aquella marca y se ha esforzado por abrir la participación al mayor número posible de profesores. No hay nombres seguros pero alguno, como el del director del Servei de Publicaciones de la Universitat de València, Antoni Furió, suena con fuerza. El catedrático de Historia Medieval señala que los nombres saldrán probablemente en la próxima asamblea que se celebrará en Tarongers el 15 de octubre.
El hecho de que la reunión en la que Soler y García Benau se postularon fuera convocada por los decanos de Economía, Derecho y Ciencias Sociales, a propuesta de varios profesores, pero al margen del movimiento que echó a rodar la participación mediante asambleas en junio, evidencia, al menos, que existen dos dinámicas independientes.
La tercera tendencia es la que más está apurando los tiempos y la que parecería tener, sin embargo, más fuerza natural. La constituye el actual equipo rectoral que dirige Francisco Tomás. El que más cerca parece de convertirse en candidato es Antonio Ariño, vicerrector de Calidad y Convergencia Europea, autor principal del plan estratégico y de la propuesta de campus de excelencia para la Universitat de València, que ayer recibió un importante respaldo al ser seleccionado como uno de los 15 que habrá en España desde el inicio del proceso. Ariño, que también podría jugar la carta de Tarongers (es catedrático de Sociología), se resiste por ahora a abrir o cerrar la puerta.
El alto número de opciones garantiza una precampaña electoral entretenida. Y, aunque como indica un profesor, lo normal será que a la recta final lleguen dos, no se puede descartar que lo hagan tres o cuatro, lo que obligaría seguramente a ir a una segunda vuelta. En ese escenario, las alianzas entre finalistas y descartados se antojan imprevisibles, lo que abriría aún más la elección.
Lo que ya es seguro es que no habrá candidato conservador, como algunos pensaron hace un año. Relacionado con ello, el margen de maniobra de la Generalitat, en estado de emergencia en otros frentes, ha quedado reducido a cero. El rector saldrá del ecosistema predominante en la Universitat, el que configura una de las pocas Administraciones inclinadas a la izquierda. Y por mucho que unos y otros traten de evitar las referencias, saldrá de las dos principales corrientes de la institución. Como en los viejos tiempos.
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