El imperativo de la verdad
La brigada policial encargada del blanqueo de capitales tiene como misión investigar y perseguir los delitos, elevarlos a la autoridad judicial sin ningún encargo específico y, además, en el caso Gürtel, está actuando a las órdenes del instructor del caso, Antonio Pedreira. El informe de la policía, contra el que se ha revuelto el PP, lleva fecha del 31 de julio y fue remitido ese mismo día a la Fiscalía Anticorrupción, al Tribunal Superior de Valencia y al Tribunal Supremo. Y a este informe se suman otros 14 sobre distintos aspectos de la trama Gürtel. Y ha sido la Fiscalía Anticorrupción, y nadie más que ella, quien ha denunciado los hechos.
Se queda uno boquiabierto, cuando Ricardo Costa sale en televisión y con naturalidad afirma que "todo es un montaje del ministro Rubalcaba, que utiliza funcionarios para atacar al PP". Y lo mismo el diputado Federico Trillo: "Todo es un montaje de la policía gubernativa, propio de regímenes autoritarios".
¿Por qué se empecinan en proclamar todo lo contrario, haciendo profesión pública de mentira? Quizás sea porque todavía les resulta rentable -ante un público ciego que no admite más información que las consignas de sus dirigentes- seguir mintiendo y aposentando en las conciencias que el Gobierno de Zapatero es el enemigo permanente y, en este caso, el causante de este montaje persecutorio intolerable. En tal situación, la alternativa correcta es restablecer lo que siempre ha sido postulado intocable: "Por encima de los intereses de los partidos está el imperativo de la verdad".
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