Honduras y sus golpes
En su carta del domingo, Alfonso López dice abiertamente que al probar yo que las acciones de Zelaya hacían necesario su cese, según la Constitución, justificaba el golpe militar. Falso. Son dos cosas diferentes y por eso yo ni mencionaba a los golpistas ni emitía veredicto alguno, y se lo dejaba a los lectores. Mi propósito era subrayar que en el origen de esta crisis se encontraba el propósito abiertamente anticonstitucional de Zelaya de ser reelegido, lo cual según la misma Constitución le ponía fuera de la ley (artículo 239). Cosa que casi todos olvidan, de Lula a Moratinos.
Otra cosa es que la solución consistiese en otro golpe, mediante la acción del Ejército, que efectivamente pone en marcha la aplicación del artículo 3. De ahí que para un lector de buena fe mi posición debiera quedar clara con sólo acudir al título de mi carta: Honduras, golpe a golpe. Es decir, ni Micheletti, ni Zelaya: democracia.
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