Un podio antes de decir adiós
Alonso, cuya marcha a Ferrari se hará pública esta semana, regala a Renault el tercer puesto en una carrera dominada por Hamilton
Es imposible que el Gran Premio de Singapur se desarrolle sin incidencias. Tal como había pronosticado Fernando Alonso, volvieron a producirse y de nuevo le favorecieron. El resultado fue que el bicampeón mundial (2005 y 2006) español logró subirse al podio, al tercer peldaño, por primera vez este año, tras una excelente carrera dominada por completo por el británico Lewis Hamilton, seguido del alemán Timo Glock.
Para el asturiano, el circuito urbano y nocturno de Singapur suponía un auténtico reto. Quería demostrar que su polémica victoria de 2008 -su compañero de entonces, Nelsinho Piquet, se estrelló para provocar la entrada del coche de seguridad y favorecerle- no fue sólo consecuencia de aquel incidente. Y el podio le sirvió para dejar bien sentado que en los circuitos de pilotaje es capaz de sacar un buen rendimiento incluso a un coche como el problemático R29.
"Quiero dedicarlo a todo el equipo y a Flavio Briatore", dijo el ovetense
Alonso tenía también una segunda motivación. Ésta va a ser su última temporada en Renault y tras esta carrera se hará pública su vinculación con Ferrari para 2010. Era un buen momento para regalar al equipo francés una alegría de despedida en uno de los momentos más negros que ha vivido en su larga trayectoria en la competición. Tras el adiós forzado de Flavio Briatore, su director, y Pat Symonds, su jefe de ingenieros, y la pérdida de dos de sus patrocinadores (ING y Mutua Madrileña), el tercer puesto de Alonso llegó como un rayo de esperanza para una escudería que en 2010 deberá sustituir al asturiano por el polaco Robert Kubica.
"Es fantástico haber logrado este primer podio del año justo en un momento tan difícil para Renault", dijo Alonso; "desde Monza, los problemas se han ido acumulando. La semana ha sido realmente durilla. Pero la gente del equipo, los mecánicos, los ingenieros y nosotros nunca dejamos de pensar en la competición y en mejorar el coche. Este resultado es muy merecido. Quiero dedicar el podio a todo el equipo y también a Flavio Briatore, que habrá visto la carrera en su casa, pero que también forma parte de esto".
La carrera empezó para Alonso de la mejor forma posible. Mientras Hamilton arrancaba con la fuerza de su KERS y se largaba sin contemplaciones, por detrás, la lucha por las posiciones fue durísima. Rosberg superó de inmediato a Vettel y Alonso luchó con el alemán para intentar arrebatarle también la tercera posición. Había adelantado ya a Webber y parecía bien posicionado en el cuarto puesto. Sin embargo, ya en la quinta curva, Webber lanzó un ataque por el exterior y Alonso prefirió tocar el freno y cederle el paso antes que estrellarse. Pero su lucha particular continuó y antes de concluir la primera vuelta había sufrido una ligera salida de pista que permitió a Glock superarle. En la quinta, por contra, los dos adelantaron a Webber gracias a un error cometido por el australiano.
La carrera se estaba definiendo. Pero las incidencias se encargaron de redondearla. Habían transcurrido 20 vueltas y algunos pilotos ya habían pasado por el taller a repostar -entre ellos, Vettel, Rosberg y Hamilton-, cuando Sutil perdió el control de su Force India, tocó el muro y, al intentar rectificar, se llevó por delante a Heidfeld.
El safety car tuvo que hacer su entrada. Y entonces todo fueron prisas. El pit-lane se convirtió en una autopista en día de vacaciones. Pero Alonso salió bastante beneficiado del primer repostaje. Cuando el coche de seguridad se había ya marchado (25ª vuelta), Hamilton seguía dominando la carrera, seguido de Rosberg, Vettel, Glock y el español.
Pero sólo una vuelta después Rosberg perdió todas sus opciones cuando le obligaron a entrar y salir de boxes (drive and through) por haber pisado la línea blanca en la salida del pit-lane. Y sólo unas vueltas más tarde también Vettel fue sancionado por exceso de velocidad al salir del taller. Por tanto, de golpe, Alonso se encontró en la tercera posición y con la posibilidad de podio más clara de la temporada. Sólo era cuestión de aprovecharla. Y lo hizo. "Es evidente que estas dos sanciones me favorecieron", reconoció Alonso, "pero tanto el equipo como yo supimos aprovechar la oportunidad: acabamos la carrera sin cometer ningún error y nos subimos al podio". El mejor resultado del año. Hasta ayer, Alonso no había podido pasar del quinto puesto.
Botín lo celebra con Hamilton y felicita a Alonso
Una victoria siempre es motivo de celebración y ayer, en Singapur, también lo fue. Lewis Hamilton, que logró su segundo triunfo de la temporada, estaba eufórico y su equipo volvió a obsequiarle colocándose todos la típica camiseta anaranjada que se ha convertido ya en el símbolo del éxito. En McLaren no faltaba nadie. Estaba la novia de Hamilton, Nicole Scherzinger, componente del grupo Pussycat Dolls, de la que se especulaba que se había separado, y también el padre del piloto, Anthony, fiel compañero. Allí estaba también el presidente del Banco Santander, Emilio Botín, con la camiseta anaranjada.
Botín, sin embargo, no se quedó quieto. Dejó pronto la fiesta para atravesar una parte del paddock y entrar en el pabellón de Renault para felicitar a Fernando Alonso por su tercer puesto. Seguía con la misma camiseta, pero eso no importaba. El equipo al que está patrocinando, McLaren, había ganado la carrera. Pero el asturiano, al que siempre ha apoyado y con quien estará la próxima temporada en Ferrari, había realizado una de las mejores carreras y se había subido al podio por primera vez este año. Botín estuvo allí mientras los mecánicos de Fernando y los miembros del equipo Renault levantaban en hombros al campeón español celebrando su podio como si fuera una victoria o... una despedida. "Ha sido absolutamente fantástico", dijo Bob Bell, director de la escudería Renault; "siempre es importante un podio, pero hoy, tras lo que hemos pasado, tenía un sentido muy especial".
La celebración de Renault fue similar a la de Toyota, que no se subía al podio desde la carrera de Bahrein. "La clave fue pasar a Alonso en la primera vuelta", confesó Timo Glock, segundo ayer. "Este podio llega en un gran momento, justamente antes de la carrera de Japón". Un buen resultado allí podría asegurar la supervivencia del equipo para la próxima temporada.
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