Ferrari ya sólo piensa en 2010
No parece justificable que la escudería Ferrari no lograra ayer colocar a sus dos coches más que en los puestos 10º (Kimi Raikkonen) y 13º (Giancarlo Fisichella). Es cierto que las cosas les salieron mal ya en la clasificación y que partir desde atrás penaliza mucho más en un circuito de las características del de Singapur. Pero ni el finlandés, ni el italiano ni la propia escudería dieron ayer la talla. Eso no es lo que se espera de un equipo que cuenta con un presupuesto astronómico y cuya imagen es el emblema de la F-1.
Para mí, hubo tres factores importantes que desestabilizaron a Ferrari. El primero, que en este tipo de trazados la potencia del KERS es difícil de utilizar y este elemento se convierte más en un problema que en una ventaja. El segundo, que sufrieron una falta de tracción importante en las ruedas traseras, fundamental en una pista tan sucia. Y el tercero, que el F60 es ya un coche abandonado a su suerte y en el que se evidencia la falta de mejoras. Así lo reconoció Stefano Domenicali tras la carrera: "Debemos aceptar que algunos otros equipos nos han superado como consecuencia de que hace tiempo que hemos cerrado el desarrollo de este coche".
El F60 es un coche abandonado a su suerte y en el que se evidencia la falta de mejoras
Singapur, además, es muy exigente con los frenos porque hay curvas cerradas y pocas rectas para refrigerarlos bien. Se notó tanto en Ferrari como en el accidente de Webber, en el coche de Vettel y también en el de Jaume Alguersuari, que tuvo que abandonar (48ª vuelta) por problemas en los frenos. Es posible que cuando el Mundial regrese a circuitos de características más racionales, como Suzuka o Brasil, Ferrari vuelva a ocupar posiciones de cabeza.
Sin embargo, parece evidente que al equipo ya no le preocupa excesivamente lo que pueda ocurrir este año. Buscan la tercera posición en el Mundial de constructores, pero, sobre todo, en lo que realmente piensan es en la próxima temporada. Un año importante para ellos con la llegada de Fernando Alonso y el Banco Santander. Ahí están volcando todos sus esfuerzos. Desde el pasado julio tienen ya constantemente un equipo de ingenieros y mecánicos trabajando en el nuevo Ferrari que correrá en 2010. Y hace algunos meses que también el equipo de competición está volcado en el nuevo proyecto.
No quieren caer en los mismos errores que en 2008, cuando estuvieron luchando por el título hasta la última carrera y se olvidaron del F-60. Y menos sabiendo que en 2010 habrá algunos cambios reglamentarios determinantes, como la prohibición de repostar combustible durante la carrera. Eso obligará a ampliar los depósitos para tomar la salida con una carga de 160 kilos que afectará a las suspensiones, al cambio, al reparto de pesos y, fundamentalmente, a los neumáticos. Las geometrías de las suspensiones deberán trabajar muy bien para evitar el desgaste prematuro de las gomas. Ferrari está trabajando a tope en ello. Y la finura de conducción de Alonso debe ser el complemento perfecto para que este esfuerzo se vea compensado con victorias.
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