El solitario encanto de Obama
Si Chicago no fuera la ciudad que catapultó a Barack Obama, difícilmente alguien apostaría aún por las posibilidades de la nueva aspirante estadounidense a organizar unos Juegos Olímpicos. La ola de encanto mundial provocada por el estadista es la única fuerza que puede marcar la diferencia en un cónclave siempre tan particular como el de los miembros del COI. La candidatura en sí tiene muchos más inconvenientes que puntos positivos para votantes que siguen consignas y se fijan en detalles bien distantes a lo que se podría catalogar como normal en un concurso de méritos.
Si Obama deja sola a su mujer Michelle en Copenhague, aunque intervenga vía satélite en directo (y sólo la acompaña Oprah Winfrey, ni siquiera Michael Jordan), el lago Michigan no parece que vaya a bañar nada olímpico. El presidente ha enviado cartas a todos los miembros y les ha reiterado las maravillas de su urbe, pero la mayoría no va a olvidar, como ocurrió con Nueva York en Singapur hace cuatro años, detalles de grueso calibre para el COI.
El modelo de organización de Chicago volverá a ser made in USA, es decir, similar al de Atlanta 96, el último gran desastre olímpico por los peligros que supone dejarlo casi todo en manos privadas. Hasta ha surgido, antes de empezar, un caso de un ex asesor que ha comprado terrenos para especular. Para la elección de 1996, los miembros aún creyeron más (incluso para derrotar con gran alboroto al esperado centenario de Atenas) en los picnic idílicos que disfrutaron que en las tragedias de Lo que el viento se llevó.
Ya no van a volver a picar tan fácilmente, porque el encanto se perdió aún más a partir de 1998, cuando el escándalo de la corrupción de Salt Lake City llevó a la humillación generalizada de los señores votantes. Sólo unos pocos fueron fulminados, pero el resto, y aún son mayoría, juró rencor eterno al prepotente EE UU que los avergonzó. Sólo Barack Obama tiene la llave para abrir de nuevo el paraíso olímpico.
Falta de garantías
- La falta de garantías de financiación de la Villa Olímpica es su principal punto negativo. La candidatura se basa en la colaboración público-privada, con un presupuesto "ambicioso pero factible", según los evaluadores. Sólo tiene un 61% de apoyo en el país.
- "Excelente infraestructura y buen entrenado equipo de seguridad". Las plazas hoteleras son también una baza importante, ya que se garantizan 57.000 habitaciones.
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