"Cuando tienes miedo ya no eres libre", afirma Tim Robbins
El director evoca a Orwell al presentar '1984' en Barcelona
En La Rambla de Barcelona, tras los pasos de Orwell, otro artista luchador por la libertad. El actor y director Tim Robbins presentó ayer en el teatro Poliorama su montaje de la novela 1984, en el mismo edificio en cuyo tejado el escritor británico se atrincheró para defender la sede del POUM durante los Fets de Maig de 1937. Dijo Robbins que aún no había subido a ver el lugar pero iba a hacerlo. "Quiero subir solo , tener una experiencia orgánica allá arriba, sentir algo especial". Y añadió con un guiño: "Subiré con un tirachinas y apuntaré a los comunistas, perdón, a los estalinistas".
La versión que dirige Robbins de 1984, que se representó el jueves en Madrid con gran éxito, recala en el Poliorama del miércoles al domingo próximos.
"Hay algunas fiestas a las que no nos invitan a Susan y a mí"
Cercano, simpático, bienintencionado y apasionado, robusto, de manos grandes y gestos magnéticos, irradiando sinceridad y reivindicando el riesgo y la emoción, el protagonista de filmes como Mystic river y The Shawshank redemption, se mostró ayer diferente de las estrellas de Hollywood al uso: departió con la gente sin límite de tiempo, bromeó, respondió a todo y se dejó fotografiar sin cortapisas. Tuvo un momento de extrema ternura al coger impulsivamente de la mano a la productora Pilar de Yzaguirre cuando ésta rompió a llorar al explicar sus esfuerzos para conseguir traer el montaje a España. En la presentación acompañaron a Robbins la cineasta Isabel Coixet y Joan Lluís Bozzo, que dirige el Poliorama.
"Tim es bígamo, no sólo está casado con Susan Sarandon, sino con el teatro y el cine", dijo Coixet, que destacó la entrega, brillantez y gran tarea pedagógica de la compañía teatral de Robbins, The Actor's Gang, y recalcó el "gran regalo" que fue para ella haberlo tenido, a Robbins, como actor en La vida secreta de las palabras. Robbins correspondió a los elogios preguntándole: "¿Cuándo me envías el próximo guión?". "Pronto", respondió la cineasta.
De 1984 dijo Robbins que no es una obra del pasado, "sino más relevante hoy que nunca", por cuanto hay en ella "un fuerte aviso sobre las libertades individuales". Robbins reiteró su obsesión contra las cámaras de vigilancia en las calles y reflexionó sobre una sociedad que se deleita viendo a la gente humillada y en la que se han generalizado el exhibicionismo y la invasión absoluta de la intimidad. "Quizá hemos perdido para siempre la idea de privacidad", meditó. El actor insistió en la idea de que no hay que bajar la guardia en la defensa y el ejercicio de la libertad, ni siquiera en democracia. "No hay que dejarse intimidar, pues cuando tienes miedo ya no eres libre. La manera de doblegarte de los totalitarismos es haciendo que tú mismo pienses que no eres libre. No eres libre si no eres libre por dentro. Debes vivir con coraje. Nadie puede controlarte si estás realmente dispuesto a ser libre". Robbins incluso animó a la desobediencia civil "cuando las leyes son equivocadas" y pregonó "un cinismo saludable" ante los medios de información, que en EE UU son con su público "como el marido que está siempre engañando a su mujer". De Obama dijo: ""Es un gran paso adelante tener un presidente que sabe leer".
Preguntado sobre las consecuencias y posibles represalias de esa actitud comprometida suya y de su esposa, el actor respondió campechano: "Bueno, hay algunas fiestas a las que no nos invitan, pero no creo que nos hubieran gustado". Y añadió: "Si no expresas lo que opinas, acabas siempre pagando un precio más alto que si lo haces".
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