El genio mefistofélico de Rodin
A Coruña acoge las obras míticas del consagrado escultor francés
Tras trabajar durante lustros sobre su monumental Puerta del Infierno, cien veces reinventada, añadiéndole o quitándole escenas y figuras, Auguste Rodin optó finalmente por presentar una versión en yeso y casi desnuda de detalles para la Exposición Universal de París de 1900 que le catapultó como mito de fama mundial. Los fragmentos de esa réplica, conservados en el museo nacional con sede en la residencia-taller de Meudon (a las afueras de París) en la que murió el escultor en 1917, son el gran atractivo de la exposición que se abrió ayer en el Kiosco Alfonso de A Coruña.
Pero no el único. La muestra reúne 85 piezas de Rodin, principalmente de bronce, entre las que destacan conocidas esculturas inicialmente ideadas para su infernal conjunto pero que luego, al ser desgajadas, cobraron vida y fama propias como El beso o El pensador, la célebre reproducción de un Dante desnudo reflexionando.
"Era un irreductible", sostiene el director de la casa-museo del artista
La muestra incluye piezas célebres como 'El beso' o 'El pensador'
Hasta A Coruña también viajó la impresionante efigie masculina titulada La edad de bronce, con la que el genio arrancó su carrera artística en 1877, a la edad de 37 años y envuelto en polémica por un sonado proceso. Fue acusado de haber utilizado para una estatua tan realista los moldes de un cuerpo vivo. Salió absuelto. Y no falta tampoco una versión en bronce de la majestuosa estatua de Balzac (1897) que también tanta controversia originó en aquel convulso y creativo arranque del siglo XX.
Y con Rodin, llegan a esta exposición Baudelaire y sus Flores del Mal, Victor Hugo, Gustav Malher, dioses como Apolo, Tritón, Afrodita o Venus, mitos y faunos, figuras de la muerte y la vida, representaciones fuertes de la belleza y la fealdad, o interpretaciones de la poesía y la lírica. La muestra coproducida por el Museo francés del artista y la Obra Social La Caixa, tiene por objetivo ofrecer un recorrido por la obra y vida del escultor desde el punto de vista del mito y el simbolismo, ese movimiento artístico de finales del siglo XIX que abrió Baudelaire y del que Rodin fue uno de los mayores exponentes.
"Era un irreductible", dice Dominique Viéville, el director de la casa-museo Rodin en Meudon. "Queremos incidir en su interpretación de la mitología en un contexto de grandes transformaciones sociales, urbanas e industriales", explica Miguel Ángel Elvira, comisario de una exposición que, procedente de Málaga y tras su paso A Coruña, se podrá contemplar en Alicante.
Dividida en siete temas, el recorrido pretende no sólo dar a conocer las obras más importantes del considerado precursor del arte más vanguardista del siglo XX, sino que Auguste Rodin (París 1840- Meudon, 1917) tenía "su propia manera de ver y pensar, de actuar y reaccionar ante la vida". "Compartió con los simbolistas el sentimiento de nostalgia teñida de pesimismo, pero para él, el amor y la muerte se suman a la pasión por la vida", sostiene Miguel Ángel Elvira.
Mujeriego empedernido y fascinado por el cuerpo femenino, el artista no sólo moldeó diosas del amor, sino también las figuras de la muerte, como la Parca, o los míticos Orfeo, Ícaro o Prometeo.
Pero sin duda el gran hito y referente de su carrera y vida fue el colosal proyecto de La Puerta del Infierno. Fue su primer gran encargo público, una petición en 1879 del Gobierno francés para la entrada de un futuro Museo de Artes Decorativas que, una década después, se desechó. Pero Rodin dedicó años a completar una puerta inicialmente dedicada, en un intento de unir literatura y artes plásticas, a La Divina Comedia y la peculiar visión de Dante de los Infiernos. Las variaciones y cambios se sucedieron hasta el año 1890, y es esa versión de una obra concebida casi al estilo de Mefisto, el príncipe de las tinieblas que se encargaba de captar almas, la que se fundió en bronce tras la muerte de Rodin.
Existen en la actualidad siete ejemplares repartidos entre París, Estados Unidos (dos), Japón (otros tantos), Seúl, y Zurich; esta última, realizada por encargo del III Reich de Hitler pero jamás entregada. El museo de Rodin en Meudon, una institución pública de rango nacional pero sin subvención del Estado francés, tiene la posibilidad de crear otras cinco reproducciones. Pero de momento no hay más encargos.
En A Coruña, hasta el 15 de noviembre se podrá admirar la versión desnuda de la visión del genial artista sobre la muerte y el destino del ser humano, los castigos del infierno y los dioses o héroes malditos. "Una obra compleja y bella que también reflexiona sobre la naturaleza salvaje de las personas y plantea una doble visión del amor, apasionado y romántico a la vez", indica el comisario de la exposición.
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