Los ex ediles del PSOE arrebatan al PP la alcaldía de Benidorm con un tránsfuga
"La ciudad está por encima de las siglas", dice el regidor tras un tenso pleno
Huérfano y sin padrinos políticos arranca el nuevo equipo de gobierno de Benidorm. Los 12 concejales, que se dieron de baja en el PSOE para evitar ser expulsados por la secretaria de Organización, Leire Pajín, cuya madre está en el equipo, y un tránsfuga del PP, aprobaron la moción de censura que permitió a Agustín Navarro asumir la vara de mando. Al concurrido pleno no acudió ningún dirigente regional ni del PP, ni del PSOE.
De los populares, aturdidos por el caso Gürtel y la bronca entre zaplanistas y campistas en Alicante, acudieron tres alcaldes y algunos diputados. Ningún consejero de la Generalitat (y dos son de Benidorm, Ángelica Such y Gerardo Camps). El campismo dejó tirado en la cuneta a su hombre en Alicante, el ex alcalde, Manuel Pérez Fenoll. Aunque desde la distancia, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, le transmitió "cariño y afecto".
A la sesión faltaron los dirigentes regionales de ambos partidos
Los socialistas lograron movilizar a sus bases y congregaron a una nutrida representación de concejales, ex alcaldes y a un puñado de alcaldes. "Por fin ganamos algo", decía aliviado un edil. Había ciertas ganas de revancha y saldar deudas. Eduardo Zaplana, hace 18 años, llegó a la alcaldía de Benidorm con una tránsfuga socialista, Maruja Sánchez, que ahora se irá al paro, porque hasta ayer era asesora municipal. Pero nadie de la dirección regional del PSPV se atrevió a asistir. Su secretario general, Jorge Alarte, había dado instrucciones de abstenerse de ir a tan comprometido pleno.
Como en cualquier moción de censura todo era crispación y nervios. "Fuera, sinvergüenzas, esto es un atraco", gritaban con fuerza los pocos seguidores del PP. "Ista, ista, ista Benidorm es socialista", coreaban los simpatizantes socialistas, que eran más en cantidad que los otros.
El pleno se atascó nada más empezar. El PP discrepó del criterio del secretario y de los socialistas en cuanto al turno de intervenciones y estuvieron diez minutos cruzándose acusaciones mutuas sobre democracia y legitimidad. Al final ganó el PP, y consiguió que su portavoz hablara al final. El candidato a alcalde, el ex socialista Agustín Navarro, alardeó de haber "demostrado" que los suyos ponen la "ciudad por encima de las siglas", al darse de baja del PSOE, y auguró un "nuevo tiempo" para reordenar las finazas, reconstruir los servicios sociales, impulsar grandes proyectos e incentivar la participación ciudadana. De hecho, tras el pleno, una vez elegido alcalde, Navarro se dirigió a los centenares de simpatizantes socialistas que abarrotaban el zaguán municipal y les comunicó emocionado: "Ahora, el despacho de la alcaldía está abierto de par en par".
El ex alcalde, Manuel Pérez Fenoll, del PP, advirtió de que "nadie sabrá a quién representa este pleno". La madre de Pajín, Maite Iraola, renunció a su turno de palabra y delegó en Jaime Llinares, quien recordó a Fenoll: "Tú eres el único responsable" de esta moción que se fragua por "culpa de su desgobierno". El portavoz del PP, Antonio Pérez, habló abiertamente de "asalto" y "sainete". Y concluyó instando a los presentes a guardar un minuto de silencio por la democracia. Los socialistas se negaron porque dijeron que no había muerto nadie, pero el PP se levantó y guardó silencio.
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