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Laporta acapara el protagonismo en la marcha soberanista

14.000 personas participan en las tres manifestaciones de la Diada

Àngels Piñol

Radiante y con una permanente sonrisa, Joan Laporta, presidente del Barça, se dio un baño de multitudes en la principal manifestación independentista que desfiló ayer por Barcelona. No paró de saludar, levantar el puño y recibir felicitaciones en el tramo que hay desde la plaza de Urquinaona hasta Arc de Triomf, donde acabó la protesta. Laporta rechazó que el de ayer fuera el primer paso que ha dado para encarar una hipotética carrera política. "La gente puede interpretar lo que quiera, pero lo que he hecho es un ejercicio de libertad individual", afirmó el presidente azulgrana en el ocaso de su mandato en el Barça y que tiene a Braveheart, un mito de la historia escocesa, entre sus referentes.

Puigcercós dice que los ministerios los forman una "banda de corruptos"

Posiblemente, nunca nadie ha sido tan fotografiado en una manifestación independentista en Barcelona. Las cámaras de televisión y los fotógrafos no dejaron de perseguir a Laporta, el fichaje más mediático que hayan podido hacer los grupos independentistas. Los miembros de los colectivos Plataforma pel dret a decidir, Deu mil en xarxa y Soberania i Progrés desfilaron radiantes y reaccionaron rápidamente: si al principio Laporta estaba en la pancarta a la derecha junto a Carles Mora, alcalde de Arenys de Munt, al final lo hizo justo en el centro de la pancarta, en la que se leía: "Volem un Estat propi".

"Lo que yo estoy haciendo es un ejercicio de libertad individual y de reafirmación nacional", señaló el presidente azulgrana, que negó que su presencia pueda perjudicar al Barça: "Hace 100 años que hacemos la ofrenda en el monumento a Rafael Casanova", agregó recordando que su actuación está en coherencia con el lema de que el Barça es más que un club. Y acabó defendiendo la consulta de Arenys: "¡Ojalá muchos municipios del país sigan su ejemplo!". El alcalde Carles Mora, otra de las estrellas de la manifestación, agradeció emocionado los apoyos recibidos.

Además de esta protesta, hubo dos más. Una organizada por los grupos más radicales, que forzaron a que la mayoritaria empezara con media hora de retraso -estaban en la cabecera y no avanzaban-, y otra organizada por Esquerra Republicana. No hubo prácticamente incidentes salvo la quema de dos banderas, una española y otra francesa, en el Fossar de les Moreres por parte del primer colectivo.

La Guardia Urbana calculó en 14.000 personas el número de manifestantes que participaron entre las tres.

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Sin la presencia de Laporta, la manifestación de Esquerra pareció palidecer. El presidente, Joan Puigcercós, estuvo más moderado por la mañana, pero quiso levantar los ánimos de su militancia con una soflama y un ataque en toda regla al Estado. Sobre un escenario y a pocos metros del monumento a Rafael Casanova, Puigcercós vaticinó que la de ayer era la última Diada autonomista. "Queremos un Estado para dejar de pagar a los ministerios de Madrid, esa banda de corruptos que después nos envían a Arenys de Munt a los abogados del Estado de Falange. Para eso queremos un Estado", exclamó en alusión al letrado que recurrió contra la manifestación. ERC ha organizado para mañana en Arenys una comida popular.

Joan Laporta, ayer, en la manifestación.
Joan Laporta, ayer, en la manifestación.EDU BAYER

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