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Ford quiere en la calle a los 600 despedidos el 1 de enero

Ignacio Zafra

La dirección de Ford mantuvo ayer la segunda reunión con el comité de empresa desde el anuncio del Expediente de Regulación de Empleo de extinción de contratos para 600 trabajadores. La compañía no se movió de la línea trazada el primer día: los despedidos recibirán la indemnización mínima que fija la ley (20 días por año trabajado), sin bajas incentivadas ni prejubilaciones.

Ford no llevó a la reunión el nombre de los afectados, pero sí una lista con los puestos que ocupan. Y elevó unos grados la temperatura de la planta de Almussafes al comunicar que quiere que los despidos lleven fecha de 31 de diciembre.

Al otro lado de la mesa los representantes de los trabajadores rechazaron unitariamente el expediente, y ahí se acabaron las coincidencias. Todos, tanto UGT, mayoritario en la fábrica, como el bloque formado por CC OO, CGT y STM, están dispuestos a realizar concesiones en aras a la negociación, pero se resisten a descubrir sus cartas antes de que la multinacional muestre su voluntad de llegar a acuerdos.

Bajas incentivadas

UGT había manifestado que la única alternativa aceptable consistía en aprobar nuevos expedientes temporales, lo que evitaría la destrucción definitiva de empleo. Su secretario general en la fábrica, Gonzalo Pino, abrió ayer, sin embargo, el objetivo y puso como condición para sentarse a tratar reducciones de puestos de trabajo el respeto al principio de "voluntariedad", es decir, alguna modalidad de baja incentivada.

El sindicalista insistió en que el nudo gordiano de los problemas se cortaría acudiendo al pacto de viabilidad firmado por UGT y la dirección de Ford Europa en 2007. En él se establece que durante su vigencia (expira en 2014) las cuestiones relativas al empleo se resolverán "de forma no traumática", lo que Pino considera incompatible con "la imposición" de los 600 despidos. La cuestión, así como el desbloqueo de la negociación del convenio, será abordada el sábado en una asamblea general.

Los sindicatos minoritarios, que habían apuntado que la actitud de la empresa podía no ser más que un farol, criticaron ayer su inmovilismo. CC OO, CGT y STM consideraron infundados los motivos en los que se basa el ERE (bajada de la producción en 2010 y 2011) y reclamaron a la compañía que los pruebe.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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